in ,

Piden puente a Nahle para tres municipios; tras el hundimiento de panga en Hidalgotitlán

PUBLICIDAD publicidad PUBLICIDAD

Yessica Martínez 

El Buen Tono

HIDALGOTITLÁN.– El hundimiento de la panga que durante años conectó a Hidalgotitlán con Jáltipan y otros municipios del sur de Veracruz, deja al descubierto una necesidad que las comunidades reclaman desde hace décadas: un puente que ponga fin al riesgo y al aislamiento. La embarcación se hundió la madrugada del 2 de septiembre y fue rescatada días después, aunque quedó fuera de servicio. 

Cruzar el río Coatzacoalcos se traduce en gasto y peligro para muchas familias: madres que pagan hasta 200 pesos diarios para llevar a sus hijos a la escuela en lanchas improvisadas; usuarios que dejan sus vehículos al otro lado del río porque no hay forma segura de cruzarlos; hay quienes se atreven a usar pequeñas lanchas que aceptan transportar motocicletas por 35 pesos, asumiendo un riesgo constante.

El presidente municipal de Hidalgotitlán, Javier Valladares Agustín, recordó la dimensión del problema: dijo que la zona tiene cerca de 52 comunidades a la vera del cauce y que este paso “comunica a Jáltipan” y a productores que cruzan con cosechas y ganado —es, dijo, un eje de desarrollo económico para la región—. Valladares señaló que, ante la vulnerabilidad del servicio actual, se ha solicitado apoyo a las instancias estatales y federales para una solución definitiva. 

Aunque el ayuntamiento logró sacar la panga del agua, autoridades municipales alertan que su reparación costaría millones de pesos, un monto que la administración no puede asumir y que no resuelve el problema de fondo. Por ello, vecinos y productores insisten: no es un capricho, es una necesidad básica —movilidad segura, reducción de costos y acceso permanente a salud y educación— para más de 30 comunidades que resultan afectadas cotidianamente en Hidalgotitlán, Minatitlán y Uxpanapa.

La carencia de infraestructura evidencia consecuencias prácticas: para atención médica especializada la población debe trasladarse a Jáltipan o Minatitlán, recorriendo después horas por terracería; los tiempos de traslado encarecen la producción ganadera y agrícola; y cada temporada de lluvias la corriente se vuelve más peligrosa, elevando el riesgo para niños, mujeres, adultos mayores y trabajadores.

En medio de la incertidumbre, las voces de la región vuelven su mirada hacia el Gobierno del Estado y la Federación. En la figura de la gobernadora Rocío Nahle García, muchos habitantes colocan una esperanza tangible: que una decisión de inversión estructural —un puente vehicular— pueda convertirse en la obra que rompa décadas de rezago y abra nuevas oportunidades para el sur de Veracruz. 

Más en pág. 3

CANAL OFICIAL PUBLICIDAD

Omar Anitua, ligado a red de huachicol; yerno de Laureano Carus García

Tigres sufren por negligencia; del infierno al abandono