Sandra González
El Buen Tono
Región.- La sensación de abandono y desprotección crece entre los transportistas de carga en México. Aseguran que cada día caen más en manos de la delincuencia, que aprovecha la falta de vigilancia y la lentitud de la justicia. La inseguridad no es sólo un problema local: a nivel nacional, los robos de mercancías y la violencia en las carreteras han aumentado, afectando directamente a la economía y la movilidad de productos esenciales.
David Estévez Gamboa, presidente de la Asociación Nacional Transportista de Carga (ANCTAC), aseguró que los trabajadores enfrentan múltiples riesgos: “No hay seguridad; cada día caemos más y más en manos de la criminalidad.
Es un problema que se ha vuelto cotidiano y que nos obliga a redoblar precauciones constantemente”. Además, denunció que “la falta de inversión en infraestructura agrava la situación: carreteras deterioradas y mal reparadas dificultan el tránsito y generan oportunidades para los delincuentes”.
El abandono de la infraestructura carretera es evidente. Según los transportistas, en los últimos siete años no ha habido una inversión significativa por parte del gobierno federal. Los tramos que se reparan son apenas parches de 20 o 30 metros, ejecutados por personal inexperto, lo que provoca caos en el tráfico y aumenta la vulnerabilidad de los conductores frente a la delincuencia. La falta de mantenimiento integral evidencia la prioridad del gobierno: más allá del desarrollo vial, la seguridad de quienes transportan mercancías parece secundaria.
La ley tampoco ayuda, ya que los robos de mercancías se enfrentan a un sistema legal lleno de lagunas. Por ejemplo, muchos delincuentes logran escapar de la justicia debido a la dificultad para vincularlos directamente con los delitos, mientras que los afectados quedan sin garantías ni compensaciones. Este vacío legal fomenta la impunidad y hace que los transportistas se sientan desprotegidos ante cualquier eventualidad en carretera.
