


Alejandro Aguilar
EL BUEN TONO
Córdoba, Ver.- Lo que comenzó como una denuncia pública el año pasado se ha convertido en una pesadilla tangible para los cordobeses. El tendido caótico de cables no solo ha generado una severa contaminación visual, sino que representa un riesgo inminente para la población, un problema que las autoridades, principalmente la Dirección de Comercio, han permitido que se salga de control ante la falta de regulación, el abuso y el descontrol de las empresas.
Vecinos de la colonia aledaña a la ESBAO son los últimos en alzar la voz, señalando cómo el enredo de cables se ha convertido en una trampa peligrosa. Su experiencia no es aislada. Es la confirmación de que las advertencias hechas en este medio fueron ignoradas. El riesgo ya no es potencial, es real: Cortocircuitos que han ocurrido, ramas que se desploman sobre los cables durante las lluvias y los consecuentes apagones son ya parte de la cotidianidad.
Mientras ciudades como la Ciudad de México o Guadalajara avanzan con legislaciones como la Ley Telecom para ordenar el espacio público e incluso soterrar el cableado, en Córdoba reina la anarquía.
Las compañías de telecomunicaciones actúan con impunidad, añadiendo líneas de manera arbitraria y saturando los postes hasta convertirlos en nodos de peligro, sin que exista un registro o supervisión clara por parte del ayuntamiento.

