


Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.- Desde hace 20 días los habitantes de Paraje Nuevo están sin el suministro de agua potable; en tanto que las familias de Atoyaquillo tienen tres días con el mismo problema, denunciaron afectados.
Sin que, hasta el momento, añadieron, las autoridades que encabeza Luis Arturo Figueroa Vargas, les hayan otorgado una explicación formal de la situación, o un plan de acción para restablecer el servicio en el menor tiempo posible.
El corte del servicio, que se extiende entre los 20 días y las 96 horas, afecta a cientos de usuarios, los obliga a recurrir a medidas extremas, a fin de abastecerse del vital líquido para actividades básicas como cocinar, limpiar e higiene personal.
Manifestaron que deben comprar el recurso natural con los piperos o trasladarse a pozos de comunidades aledañas, incurriendo en gastos adicionales y significando una carga económica y logística para las familias.
“Hace cuatro días que de la llave dejó de salir agua, ni una gota fluye. Ignoramos si es una falla, falta de mantenimiento o qué está pasa. Lo más frustrante es la incertidumbre”, declaró María González, vecina de Paraje Nuevo.
A pesar de las llamadas y gestiones que los habitantes hacen ante el organismo operador, la respuesta es nula, nadie les dice para cuándo se normalizará el servicio. Dicha falta de comunicación de las autoridades generó malestar y creciente desconfianza entre la población.
Los vecinos exigen el inmediato restablecimiento del vital líquido, pero también una rendición de cuentas clara que especifique las razones de la falla, las acciones concretas que se están tomando para solucionar la escasez, y las medidas de prevención.
El suministro hídrico es un derecho humano fundamental. La prolongada interrupción del servicio, que se agrava por la falta de claridad municipal, deja en evidencia vulnerabilidades en la infraestructura y en los protocolos ante la crisis que afecta la calidad de vida y la salud de la comunidad.

