


De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Después de promesas de un nuevo comienzo y de haberle asignado un presupuesto específico, el Centro de Bienestar Animal de Córdoba ha caído en el abandono más absoluto, un claro reflejo del desprecio institucional hacia la vida de los animales.
Ciudadanos y trabajadores han alzado la voz para denunciar que el centro carece de servicios básicos: no hay luz eléctrica y falta el alimento para los perros rescatados que alberga. Esta situación no es un simple descuido, sino la crónica de un fracaso anunciado.
El problema de raíz parece ser una grave opacidad en el manejo de recursos. Reportes indican que alrededor de 200 mil pesos del presupuesto destinado a este centro están perdidos, un hecho que exige una explicación urgente de las autoridades.
Mientras los animales sobreviven en la penumbra y el hambre, el dinero que debería garantizar su bienestar se ha esfumado sin dejar rastro.
Este desdén contrasta con otras decisiones presupuestales. En la misma ciudad, se anunció con pesar la cancelación de la Feria del Libro por falta de recursos, un evento cultural vital para la comunidad. La crisis del centro de bienestar sirve como un termómetro escalofriante. Si el municipio es incapaz de gestionar de manera digna y transparente la vida de 17 animales bajo su cuidado directo, cómo pretenden enfrentar la problemática monumental del abandono y el maltrato animal que azota a toda Córdoba.
La respuesta implícita es aterradora. El olvido en el que se encuentra el centro no es un caso aislado, es el síntoma de una administración que falla en sus obligaciones más básicas. Lo que ocurre detrás de esas rejas es un espejo de la indiferencia: si no pueden con 17, es evidente que no pueden con todos. La desidia actual es una condena para los animales que esperan una oportunidad y una señal de alarma para una sociedad que exige seriedad y compasión.

