


De la redacción
El Buen Tono
A 65 horas de su ingreso y aislamiento en la Fundación Invictus, en Pachuca, la osa Mina presenta una mayor actividad, aunque su estado de salud sigue siendo crítico y con pronóstico incierto, informaron la asociación y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
En un comunicado conjunto, detallaron que la primera etapa del tratamiento se centra en mejorar su nutrición e hidratación con electrolitos, antes de realizar estudios de tomografía y otras evaluaciones diagnósticas que guíen su plan terapéutico.
Con un manejo programado y bajo la mejor condición física y anímica posible, se incrementan las probabilidades de supervivencia, además de permitir confirmar o descartar diagnósticos y definir tratamientos adecuados. Dado que Mina tiene antecedentes de leptospirosis, se activó el protocolo sanitario correspondiente y se notificó al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Durante las primeras 48 horas de observación, la osezna mostró un notable incremento en su nivel de actividad, mayor consumo de alimentos, buena adaptación a la dieta indicada y respuesta favorable al manejo del dolor. También se registró mejoría en la constitución de sus heces, respuesta a estímulos de su entorno y conductas de búsqueda propias de su especie.
Entre otros cambios positivos, la fundación reportó mejor disposición y movilidad, disminución del olor seborreico, ausencia de moscas, y movimientos más seguros y confiados. Actualmente, Mina se mantiene aislada en una jaula en un cuarto con poca luz para favorecer su recuperación.

