


AGENCIA
Nacional.- Una vez más, Adán Augusto López Hernández, actual senador y figura cercana a Andrés Manuel López Obrador, vuelve a estar en el centro de la polémica. Y no es para menos: un reportaje periodístico reveló que, mientras fungía como secretario de Gobernación, su empresa inmobiliaria habría recibido más de 11 millones de pesos (mdp) en contratos y pagos provenientes de Petróleos Mexicanos (Pemex), poniendo en entredicho el discurso oficial de “austeridad republicana” que el propio gobierno presume como emblema.
El 6 de octubre, el periodista Rodrigo Gutiérrez, del medio “Froji MX”, publicó la investigación “Pemex renta y le da manita de gato a torre empresarial de Adán Augusto”, en la que exhibe cómo la empresa estatal arrendó oficinas y contrató servicios en un edificio propiedad de Corporación Inmobiliaria Villahermosa, sociedad vinculada directamente al político tabasqueño.
De acuerdo con la investigación, entre 2019 y 2021, dos filiales de Pemex rentaron espacios en la llamada Torre Empresarial Villahermosa -un lujoso inmueble de 19 pisos con helipuerto-, pese a que Adán Augusto no reportó estos ingresos en su declaración patrimonial. Los documentos citados por el periodista provienen de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en el informe “Auditoría Combinada de Cumplimiento y Desempeño: 2020-6-90T9N-21-0450-2021”.

Los datos revelan que Pemex DII arrendó 86 metros cuadrados por 26 mil pesos mensuales, más 3 mil 700 pesos por mantenimiento, acumulando más de un millón de pesos en casi tres años. A su vez, Pemex III Servicios alquiló 139.6 metros cuadrados en el mismo edificio por 42 mil pesos al mes, más 6 mil pesos por mantenimiento, pagando en total 1.3 millones de pesos.
Pero el caso va más allá del simple arrendamiento: La filial firmó además nueve contratos adicionales por 8.9 millones de pesos para obras, mantenimiento y remodelación del inmueble, todos adjudicados a la empresa del hoy senador. En total, la suma asciende a 11.3 millones de pesos.
Este nuevo escándalo expone una vez más el doble discurso de la llamada “Cuarta Transformación”. Mientras desde Palacio Nacional se insiste en que la austeridad republicana es la bandera moral del gobierno, personajes cercanos al presidente parecen haber encontrado en el poder público una vía directa para beneficiar sus propios negocios privados.
Hasta el momento, Adán Augusto no ha dado ninguna explicación sobre el origen de estos contratos ni ha aclarado por qué dichos ingresos no aparecen en sus declaraciones oficiales. Su silencio, sin embargo, dice más que cualquier discurso: En el país donde se exige honestidad, los mismos que la pregonan son quienes mejor saben lucrar con el dinero público.
¡No sólo eso! Hay contratos gubernamentales de 850 millones de pesos vinculados a la notaría 27 de Adán Augusto, para infraestructura petrolera. Además, acumula 22 contratos por 309 mdp en obras para Pemex y dependencias gubernamentales estatales.
Pero él dice que no hay conflicto de interés en ninguno de sus negocios y la Presidenta se atreve a decir que no hay pruebas, que si las tienen las presenten y denuncien, cuando ese debería ser trabajo de las autoridades y no de los medios de comunicación; ¡y hasta ahora, no hay ninguna consecuencia para los señalados!

