


Alejandro Aguilar
EL BUEN TONO
Córdoba, Ver.- Con una matrícula de cincuenta y cinco alumnos que llegan desde localidades como Zongolica, Orizaba, Fortín, Huatusco y Paso del Macho, entre otras, la fundación se ha convertido en un vital faro de esperanza. Su labor incluye la enseñanza del bastón blanco y la movilidad, matemáticas, computación, el uso del teléfono celular e incluso la formación de un grupo musical, “Los Gigantes Tropicales”. Asimismo, han desarrollado un proyecto de masajes que ya permite a algunos estudiantes generar sus primeros ingresos. Sin embargo, esta loable labor se sostiene contra viento y marea.
En el marco de la conmemoración del Día del Bastón Blanco, símbolo de la independencia y movilidad de las personas con discapacidad visual, la situación de la Fundación Roma pone en evidencia una cruda realidad: la desatención generalizada de los ayuntamientos de la región. Magdalena González Ruiz, presidenta de la asociación, revela con preocupación que, a excepción de un único municipio que aporta una subvención mensual de treinta mil pesos, el resto de las administraciones locales han vuelto la espalda a esta causa, dejando a la fundación en una situación de extrema precariedad.
El principal escollo, además de la casi nula ayuda municipal, es la negativa del Servicio de Administración Tributaria para otorgarles recibos deducibles. Este problema burocrático, originado por una gestión contable anterior, les impide acceder a donativos de empresas, que requieren dicho comprobante. La fundación sobrevive thus mediante el apoyo de padrinos que cubren las modestas colegiaturas de trescientos pesos y de donantes particulares que aportan materiales.
Magdalena González hace un llamado urgente a los ayuntamientos y al sistema DIF estatal para que, como mínimo, subsidien el costo del transporte de los estudiantes, muchos de los cuales solo pueden asistir un día a la semana debido al gasto que representa el traslado.

