Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.- Un fenómeno que generó alarma y cuestionamientos en el municipio, es que, pese a las lluvias que se registraron en los últimos días, el cauce de ríos como el Seco, disminuyó de forma considerable, manifestaron ambientalistas locales.
Lo anterior, explicaron, porque las precipitaciones deberían de recargar los mantos acuíferos y aumentar el flujo de agua, pero nada de eso se observa.
La situación es visible para cualquier transeúnte que pase por el lugar, en donde se esperaba un caudal robusto después de las lluvias, hay un lecho con niveles de líquido bajos.
Lo que hace pensar en un problema más profundo y estructural que las simples variaciones climáticas estacionales, destacaron.
Mientras las lluvias humedecieron los suelos y generaron esperanza en la población para la recuperación de los cuerpos de agua, el resultado en el municipio es opuesto.
“Es preocupante. Llueve, a veces con intensidad, y en lugar de ver el río crecer, lo vemos más seco. El agua no está llegando a donde debería.
Algo está pasando en el nivel de arriba o en el subsuelo que nos está dejando sin este recurso”, comentó un habitante.
Ambientalistas manifestaron que una disminución tan marcada a pesar de las lluvias suele estar asociada a varias causas, todas antropogénicas, entre ellas la deforestación en la Cuenca Hidrológica, falta de vegetación en las riberas y zonas aledañas que impiden la infiltración del agua hacia los mantos freáticos, provocando que la escorrentía se desplace rápidamente sin lograr una recarga efectiva.
La comunidad exige una respuesta de las autoridades ambientales y municipales.
La situación del río Seco es un signo de la crisis hídrica que afectará a la agricultura y la biodiversidad de la región, precisaron los especialistas.


