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EL MINUTERO REALIDAD VIRTUAL

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Sin duda las redes sociales son un fenómeno y lo que en ellas se dice sobre el debate político ha adquirido un impacto mediático inédito pese a que todavía es un terreno incipiente en cuanto a penetración y efectividad. No hay que olvidar que el acceso a la internet en el país apenas es del 43.5 por ciento de la población y está se concentra en zonas urbanas, según el reporte del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), lo que significa que es menos de la mitad de todos los habitantes. Solo 3 de cada diez hogares mexicanos tiene acceso a internet.

 

Aún así, las redes sociales son verdaderos escaparates donde se ventilan secretos, se captan a los actores políticos cometiendo excesos en flagrancia –los famosos Gentlemans y las Ladys que día tras día son cazados por las cámaras ciudadanas-, y donde arden reputaciones y hasta han provocado la caída de algunos funcionarios de sus cargos públicos. 

 

Pues bien, lo interesante será medir, en este año, su impacto real en lo cotidiano, es decir comprobar si la realidad virtual se traslada a la realidad física.

 

En Europa y Medio Oriente, las redes sociales han servido para comenzar movimientos populares que cimbran a los gobiernos como la famosa Primavera Árabe del 2012 o el Movimiento de los Desocupados en las calles de España o Grecia pero como diría el cronista y columnista mexicano Jaime Avilés, no es la web sino las personas las que hacen las revoluciones y los canales cibernéticos de comunicación solo son un instrumento para que la gente actúe en consecuencia.

 

¿Qué significa lo anterior? Que la información que corre en el ciberespacio sobre el quehacer político, y que en la mayoría de los casos conduce a la indignación popular, debe servir para que en el terreno de la realidad dura se tomen decisiones y se impulsen cambios.

 

 Todas las críticas, los chascarrillos, los memes y demás opiniones que son parte de esa intervención popular en asuntos políticos los traduzcan en acciones concretas, en especial el ir a votar para castigar a los malos servidores públicos y cambiar el rumbo de las cosas.

 

Ese es el gran dilema y el reto que se tiene para los comicios vigentes: los internautas no solo deben quedarse frente a la computadora o concentrarse en hacer activismo desde su teléfono celular sino que ellos y las personas con las que interactúan en el ciberespacio acudan a sufragar y sean convocantes para que la mayoría de los electores ejerzan su derecho al voto y a la participación en asuntos políticos. 

 

Que hagan la revolución y recuerden que las revoluciones no solo son conflictos armados sino cambios profundos , uno de los caminos para esa revolución pacífica es el voto popular.

 

Tampoco hay duda que a nivel nacional y estatal, en la realidad virtual, el partido de Estado –entiéndase el Revolucionario Institucional- está derrotado. 

 

Los cibernautas se han declarado enemigos totales del copetón Enrique Peña Nieto, de los gobernadores de su partido, de los alcaldes y ahora de los candidatos a las diputaciones federales. 

 

Claro, la percepción tiene sus matices en cada región pues también hay panistas, perredistas, panalistas, verde-ecologistas y demás nominaciones que son odiados por los navegantes del ciberespacio en diversos puntos del país.

 

Sin embargo, en general los funcionarios y políticos del tricolor tienen un frente de guerra muy activo desde las redes sociales. No han podido con ellas pese a las cantidades millonarias que se gastan para infiltrarlas con “trolles” y “bots”. Para los que no son muy duchos en la temática informativa, un “troll” es una persona a la que le pagan para estar permanentemente en las redes –Twitter, Facebook y foros de opinión- contrarrestando, respondiendo o atacando a los críticos del sistema y un “bot” – la palabra viene de robot- son programas que simulan ser personas-usuarios para monitorear todo lo que se diga en esas redes.

 

Aun con todo eso, los políticos y los gobernantes tienen la batalla perdida en la realidad virtual. Ahora se verá si eso se traslada a la realidad diaria, y un ejercicio para medirlo serán las elecciones del próximo 7 de junio.

 

 Ahí se verá si los activistas en la web logran impulsar una cambio electoral o se quedan en el mero cotilleo virtual.

 

LOS JUMENTOS

Pero a un lado de lo anterior, las redes sociales también sirven para que los políticos exhiban sus taras, entre estas el analfabetismo funcional que es cuando una persona sabe escribir y leer pero ni escribe ni lee, o sea, es un burro orejón. 

 

Quizás la reina de ellas en Veracruz sea la ex alcaldesa de Jalapa y actual candidata del PRI a la diputación en el distrito Urbano, Elizabeth Morales García que ha dado varias muestras de su ignorancia. 

 

Cómo olvidar que en marzo del año pasado, cuando era presidenta estatal del PRI, giró invitaciones para celebrar el aniversario luctuoso de “Don Aldo” Colosio.

 El 5 de abril pasado escribió en su Twitter que había comenzado campaña electoral con “emosión” con “S” en lugar de “C” y hace un par de días se congratuló porque el senador Héctor Yunez, con “Z” en lugar de “S”, la acompañó en sus recorridos proselitistas. 

 

Algunos sesudos sicólogos dirán que es dislexia y que reflejaría un complejo trastorno de la psiquis ese cambio de letras o palabras, y bla, bla, bla, pero en el pueblo a eso le llaman ser burro tozudo. 

 

¿Cómo pretende la señora que alguien vote por ella cuando ni siquiera sabe escribir?

 

 Sin hablar de su desastroso comportamiento en todos los cargos públicos que ha tenido –diputada federal que ya fue, alcaldesa y líder partidista- el solo hecho de ser un jumento –sinónimo de burro, con todo respeto para los animales de cuatro patas- es causa suficiente para que los electores la repudien.

 

 Y no es el único caso de políticos veracruzanos que no rebuznan por el temor de que los burros de cuatro extremidades les armen una manifestación de protesta –otros dirían que no lo hacen porque no se saben la tonada-. 

 

Ahí está el caso del ex delegado regional de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y actual dirigente municipal del PRI en el puerto de Veracruz, Raúl Díaz Diez que en agosto pasado cuando dejó la dependencia escribió en las redes sociales una despedida plagada de errores ortográficos, ¡¡y eso que era funcionario educativo!!

 

 No cabe duda que su nombramiento y permanencia durante varios meses en la delegación de la SEV fue toda una afrenta para los maestros que tienen la misión de tumbarle las orejas a los ignorantes. 

 

Ni modo en los casos de Elizabeth Morales y Raúl Díaz Díez se cumple eso de que “el nace para burro del cielo le cae la alfalfa.

 

 A nivel internacional han habito escándalos divertidos en torno a los jumentos que despachan como funcionarios públicos y el más reciente fue el de la consejera del Departamento de Cultura en el ayuntamiento de Valencia, España, Mayrén Beneyto, quien anunció la redes sociales que se separaba del cargo pero en el breve texto que escribió hay más 30 faltas ortográficas. Claro, en el ciberespacio la destrozaron pues siendo funcionaria del ramo cultura –como en el caso de Díaz Diez en educación- no sabe escribir decentemente.

 

 En Bolivia, el pasado 19 de marzo fue despedido el encargado del departamento informático del Tribunal Supremo Electoral (TSE) pues escribió en la cuenta oficial de Twitter un llamado a votar con la siguiente frase: “¿Sabes dónde botarás?”, y claro, tuiteros y feisbukeros lo quemaron en leña verde.

 

 A diferencia de esos lares donde las burradas exhibidas en internet se pagan con el despido, en Veracruz no pasa nada, sino que se les premia. Los ignorantes ahí siguen, unos son dirigentes partidistas y otros son candidatos a las diputaciones.

 

NUEVO VOCERO

 

La Delegación Sur del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está estrenando vocero, el comunicador Roberto Galván, ex gresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico) de la Universidad Veracruzana –generación 1981-1985- y quien tiene un largo recorrido en los medios informativos de la entidad.

 

Durante mucho tiempo Roberto fue conductor en los noticieros de Televisa Veracruz y luego se incorporó al gobierno estatal como director de Televisión en la Dirección de Comunicación Social durante el sexenio de Miguel Alemán.

 

En los últimos años laboró en Radio Televisión de Veracruz (RTV) y ahora, el periodista despachará en Orizaba como portavoz del IMSS después que dicha oficina estuvo acéfala durante año y medio. 

 

Sin duda Roberto Galván deberá tener la coraza bien puesta, no tanto para lidiar con las críticas a la dependencia sino para soportar a su jefe, el inefable Jon Rementería Sempé que es más pesado que un collar de melones en el cuello. Ups, en fin, al colega se le desea suerte en su nuevo reto profesional.

 

UNO MÁS

 

En temas menos amables, el asesinato de un conductor de taxi cordobés no es tema menor ni mucho menos. Es el quinto en los meses recientes y el número 13 en el último par de años. Los taxistas son un sector particular pues ellos palpan el sentir popular diario, se mueven por todos lados, trasladan e interactúan con las personas, y son una especie de monitores o pulsos cotidianos. Cuando los ataques en su contra aparecen se debe encender las alarmas porque algo se pudre.

 

 Lo sucedido con estos trabajadores del volante es, por supuesto, el reflejo del fracaso del famoso Mando Único Policial, lo que tantas veces se ha dicho en esta casa editorial. 

 

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