Habría complicidad del alcalde Gerardo Rosales
Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Fortín, Ver. – Apenas concluidas las festividades del Día de Muertos, un nuevo escándalo de contaminación sacude al municipio de Fortín, luego de que cámaras de la organización ciudadana “El Buen Tono” documentaran cómo trabajadores de la administración del alcalde Gerardo Rosales Victoria sustrajeron desechos del Panteón Municipal para depositarlos en un predio a pocos metros del lugar, creando un basurero clandestino.
Las imágenes, grabadas esta semana, muestran a empleados del ayuntamiento transportando y arrojando residuos de todo tipo en un terreno baldío, en una acción que contradice las propias normas ambientales que la administración municipal dice promover. La situación ha despertado indignación y señala una posible simulación por parte de las autoridades, quienes públicamente se declaran en lucha contra estos delitos ambientales, pero que presuntamente los fomentan o amparan.
Antecedentes de complicidad y simulación
Este no es un incidente aislado. La historia reciente de Fortín está marcada por denuncias similares que han quedado en la impunidad. A inicios de este año, medios locales documentaron la existencia de basureros clandestinos en la comunidad de Fortín, donde se acumulaban toneladas de residuos, incluyendo desechos peligrosos.
Como se reportó en su momento, la propia ciudadanía fue quien alzó la voz para exigir la intervención de las autoridades. La respuesta oficial, encabezada por la Coordinación de Ecología, fue anunciar operativos de limpieza y la clausura del predio. Sin embargo, estas acciones, ampliamente publicitadas, parecen haber sido meros paliativos mediáticos, sin una estrategia real para erradicar el problema de fondo.
La situación se agrava en el contexto de la Barranca del Metlac, una reserva natural que sufre un ecocidio constante por contaminación, tala ilegal y vertido de aguas negras. A pesar de las múltiples denuncias ciudadanas con videos y fotografías que evidencian el abandono, la administración de Rosales Victoria y la Coordinación de Ecología se han mostrado omisos e inoperantes.


