AGENCIA
CDMX.- La marcha de la Generación Z, convocada para exigir mayor atención a temas como educación, precariedad laboral, salud mental y derechos digitales, terminó marcada por fuertes cuestionamientos al actuar de las autoridades, cuyo operativo fue calificado por participantes y observadores como deficiente, desproporcionado y orientado más al control que al diálogo.
Desde las primeras horas, jóvenes reportaron la presencia de cercos policiacos innecesarios, rutas restringidas y un despliegue que, lejos de garantizar su seguridad, generó tensión y desconfianza. Activistas señalaron que los cuerpos de seguridad se enfocaron en bloquear accesos y limitar la movilidad de los contingentes, pese a tratarse de una manifestación pacífica.
Durante la marcha se registraron momentos de confrontación verbal cuando elementos policiales impidieron avanzar a varios grupos sin ofrecer explicación clara. Manifestantes denunciaron empujones, revisión arbitraria de mochilas y uso de escudos para encapsular a participantes, medidas que consideraron intimidatorias.
Organizaciones civiles que acudieron como observadoras criticaron la falta de protocolos adecuados para manejar movilizaciones juveniles, especialmente una que buscaba visibilizar problemáticas sociales urgentes. También señalaron la ausencia de enlaces institucionales para dialogar con los jóvenes y atender sus demandas en tiempo real.
A las críticas se sumó la falta de respuesta inmediata al término de la protesta. Ni la autoridad capitalina ni representantes federales ofrecieron un informe claro sobre los incidentes, aunque horas después la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que solicitará investigar a los grupos violentos que, según su postura, buscan infiltrarse en manifestaciones pacíficas.
La declaración generó reacciones encontradas, pues mientras algunos celebraron que se atienda la posible presencia de provocadores, otros señalaron que el gobierno debería comenzar por revisar el actuar de sus propios cuerpos de seguridad.
Para muchos asistentes, la actuación policiaca dejó en claro que, pese al discurso oficial de apertura al diálogo, las autoridades siguen privilegiando estrategias de contención antes que de escucha. La marcha, que pretendía mostrar la fuerza organizada de una nueva generación, terminó evidenciando fallas persistentes en el manejo institucional de la protesta pública.
Colectivos juveniles anunciaron nuevas movilizaciones y advirtieron que la falta de diálogo y el uso de operativos restrictivos solo profundizarán el descontento social.
Era el “grupo violento prepago”, que han utilizado en los últimos siete años, eficiente por cierto, porque nunca detienen a nadie.
Un “Grupo violento” … Así con esa escusa descalifica la inconformidad de miles de personas que marcharon en todo México por su mal gobierno.
La gran mayoría de las personas fueron a protestar, iban en son de paz. Los agitadores violentos los puso el mismo gobierno para incitar a la violencia y así poder justificar su represión abusiva.


