

Córdoba.- Al menos un 4 por ciento de la población estudiantil de comunidades de la sierra abandonan sus estudios por problemas económicos y embarazos prematuros.
Aunque existen apoyos gubernamentales, los maestros afirman que son insuficientes para combatir la deserción escolar.
La coordinadora del sistema del Telebachillerato del Bajío, Diana Isela Zabaleta Rodríguez, explicó que durante el semestre pasado se registraron por lo menos dos casos de jovencitas embarazadas, las cuales no abandonaron las clases, pero sí estuvieron tentadas a hacerlo.
“La deserción escolar se ve como lo más común, principalmente por falta de recursos económicos. Algunos estudiantes se van a trabajar al corte del café”, expuso.
“Es difícil que les digamos que se queden e ingresen a programas como el de ‘Yo no abandono’, porque aunque tengan el programa de Oportunidades, nos dicen ‘saben qué maestra, no me alcanza el dinero’, y se tienen que ir.”, expuso la coordinadora.
Expuso que en la zona del Bajío la población estudiantil tiene muchas barreras por superar. Una de ellas se encuentra en sus familias, pues en la mayoría de sus casos la crisis económica se agudiza, dado el número de integrantes que conforman las familias, pues en su mayoría suman 14 miembros.
El problema se incrementa cuando se presentan los embarazos prematuros y la llegada de los nietos, reduciendo los ingresos familiares.
Aunque la coordinadora del Teba en el Bajío afirmó se ha buscado encaminar a los jóvenes y a sus familias de modo que vean su preparación académica como un camino para mejorar su vida, son pocos los alumnos que pasan del tercer semestre.
Inseguridad
Sobre la seguridad pública, la coordinadora del Teba señaló que aun y cuando la zona serrana no presenta condiciones de riesgo para la población estudiantil, sí lo hay para los inmuebles educativos.
Explicó que hace tres años les fueron robados todos los equipos de cómputo del Teba por un habitante de la comunidad.
Esta situación obligó al personal administrativo y docente a incrementar sus gastos con el pago extra de energía eléctrica, ya que como carecen de vigilante, deben dejar las luces prendidas todo el día para evitar más robos.
Yessica MartÌnez Arguelles
El Buen Tono
