


Redacción
El Buen Tono
Camerino Z. Mendoza, Ver. – Lo que prometía ser una celebración festiva y una vitrina para el turismo local, terminó por exhibir el descuido, la mala planeación y la falta de respeto del Ayuntamiento de Camerino Z. Mendoza hacia medios de comunicación, artistas y ciudadanía en general. La tercera edición del Festival de la Cerveza, inaugurada este viernes en la plaza Punto Santa Rosa, no solo dejó un sabor amargo entre los asistentes, sino que reveló con crudeza el estado de abandono en el que se encuentra este espacio público, recién remodelado por el gobierno municipal.
Desde el arranque del evento, se evidenció el deterioro y la baja calidad de las obras entregadas por la administración actual. Techos con láminas mal colocadas que goteaban sobre los puestos y escenarios, pisos encharcados, pintura deteriorada y una evidente falta de iluminación, fueron algunas de las fallas más notorias. Todo ello reflejo de un proyecto mal ejecutado, con acabados pobres y sin mantenimiento alguno, pese a que fue presentado como una “obra insignia” por el Ayuntamiento.
A pesar de haber contado con la participación de la reconocida banda DLD como acto estelar, la logística para la cobertura mediática fue caótica y poco profesional. La rueda de prensa, que debería haber sido un espacio adecuado para el trabajo de los medios, se llevó a cabo en una bodega en completo abandono. En lugar de un salón acondicionado, los reporteros fueron llevados a un lugar sucio, sin sillas, sin acceso a energía eléctrica y sin condiciones mínimas para realizar entrevistas o cubrir adecuadamente el evento.
Las cámaras oficiales del Ayuntamiento evitaron mostrar estos detalles, enfocándose en planos cerrados y bien editados, lo que contrasta fuertemente con lo que vivieron los asistentes y comunicadores. A esto se suma la falta de cortesía y profesionalismo del equipo de organización, que no brindó acreditaciones ni zonas designadas para medios, violando las mínimas normas de respeto hacia quienes difunden y documentan la actividad cultural del municipio.
Ciudadanos que acudieron al festival también expresaron su inconformidad. “Nos vendieron un festival de primer nivel y lo que encontramos fue una plaza mal hecha, baños que no funcionan, charcos por todos lados y hasta inseguridad por la falta de luz”, comentó una asistente que prefirió omitir su nombre. “Ni hablar de la comida: cara y sin control de higiene”, añadió.
Punto Santa Rosa, la plaza donde se realiza el evento, fue anunciada como un nuevo polo de desarrollo cultural y económico para Mendoza. Sin embargo, hoy luce como una obra a medias, sin vida, sin limpieza y sin un plan claro para su aprovechamiento. El abandono del sitio no solo se ve en su infraestructura, sino en la indiferencia de las autoridades, que priorizan la apariencia sobre el fondo, y los espectáculos sobre la funcionalidad.
Este festival, que debería ser una oportunidad para atraer turismo, fortalecer la economía local y promover la cultura, terminó exhibiendo los vicios de la administración municipal: obras sin calidad, eventos sin planeación, falta de respeto hacia la prensa y una desconexión preocupante con la ciudadanía.
La sociedad mendocina exige más que espectáculos para distraer. Necesita obras dignas, funcionarios comprometidos y un verdadero respeto por los espacios públicos y quienes hacen posible su difusión. La crítica está sobre la mesa, y los responsables, en la mira.


