De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- El último informe de Juan Martínez dejó al descubierto lo que su administración intentó ocultar durante casi cuatro años: el robo de recursos públicos, autoritarismo digital, el bloqueo a la crítica ciudadana y el uso de recursos para un espectáculo propagandístico que poco tuvo de transparencia.
Desde el inicio de la transmisión oficial, el ayuntamiento bloqueó comentarios para evitar escrutinio público. En publicaciones previas, ciudadanos habían exhibido el desgaste del gobierno. “Puras obras absurdas… inversiones millonarias se fueron a sus bolsillos”, reclamó un usuario. Otro fue más directo: “La ciudad está decaída”.
APLICAN CENSURA
Las críticas que lograron filtrarse fueron eliminadas. El usuario Jayp Jayp cuestionó: “¿No que no hay censura?”. Señaló el deterioro de obras presumidas por la administración: “¿Y el paseo del río por qué está tan descuidado?”. Sus mensajes desaparecieron minutos después. El gobierno optó por silenciar en lugar de responder.
CIUDAD BLOQUEADA
La censura no quedó solamente en redes. La administración de Martínez Flores cerró la avenida 1, colapsando la movilidad del Centro Histórico, solo para montar su evento de despedida.
Comercios afectados, transeúntes desviados y caos vehicular, fueron el costo de una puesta en escena diseñada para aplaudir al presidente municipal, no para rendir cuentas.
El acto, presumido como multitudinario, no contó con un solo representante del Gobierno estatal, reduciéndose a un informe multimedia reciclado.
Las porras y ovaciones provinieron, según varios testigos, de personas cercanas al alcalde y beneficiadas por su gestión, y se vieron comprometidas.
Pese a la imagen de “lleno”, la asistencia real se concentró únicamente en la parte baja del teatro Pedro Díaz, contrastando con el centro paralizado y ciudadanos molestos por un evento que privilegió la vanidad del alcalde sobre la vida pública.
INFORME A MODO
El cierre de vialidades, la censura digital y el trato autoritario hacia los ciudadanos, confirmaron que el último informe del alcalde Juan Martínez Flores no fue un acto de transparencia, sino una despedida propagandística de un gobierno marcado por el control, la cerrazón, el saqueo de la Tesorería y la incapacidad para escuchar a Córdoba y trabajar por ella, aunque solamente demostraron ser un gobierno corrupto.


