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Acaban con Lacandona

Superiberia

CDMX.- La Selva Lacandona no sólo enfrenta la amenaza a la reserva de Montes Azules. Al otro lado del río Lacantún, en Marqués de Comillas, la tala regresa con el programa Sembrando Vida, que ofrece 60 veces más que el PSA y está provocando que algunos ejidatarios prefieran talar la selva para volverla a sembrar en vez de conservarla. “El tinaco de México” Frente al ejido Chajul se ubica una estación científica que lleva ese nombre. Ahí, Julia Carabias enfatiza que los potreros sirven dos o tres años y quedan abandonados, además de que el agotamiento de tierras, junto con el aumento de población en varias generaciones, explica los intentos de avanzar y repartir la Reserva de la Biósfera, aunque esto no sea viable productivamente.

 Javier de la Maza, presidente de la asociación Natura Ecosistemas Mexicanos y primer titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en los noventa, recuerda que desde que en 1972 el gobierno de Luis Echeverría quiso colonizar territorios, lo que redujo el área selvática; lo único que se mantuvo fue la reserva de Montes Azules al decretarse su protección por esos años. Una década después inició el arribo de ciudadanos guatemaltecos, beneficiados con programas del gobierno mexicano y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.

Según Carabias, en las zonas tropicales húmedas radica 70% de la diversidad animal y vegetal del planeta. México tuvo una franja climática de esas que iba del sur de Tamaulipas, pasaba por Veracruz, Tabasco, el norte de Oaxaca y las zonas norte y este de Chiapas. Cuando se emitió el decreto echeverrista había 12 millones de hectáreas de selva, de las que actualmente restan 1 millón, correspondientes a la región del Chimalapa, Uxpanapa y la Selva Lacandona, con muchas especies en peligro de extinción.

 En Montes Azules están conservadas 360 mil hectáreas, es decir 36% de lo que queda de selva húmeda en el país.

 Las especies que requieren de mayor territorio a veces se ven obstaculizadas por los potreros y las tierras de cultivo o expuestas a la caza en el caso de los animales, por lo que entran en proceso de extinción. El monitoreo de Natura Ecosistemas en Montes Azules permite mantener vigilancia sobre la salud de esas especies, en especial de las mayores, que según De la Maza son indicadoras del estado de todo el ecosistema.

 “Para mantener la biodiversidad se necesitan espacios importantes en donde no haya intervención humana. La reserva de Montes Azules es uno de esos espacios en los que se tiene verdaderamente la capacidad de mantener a las poblaciones sanas de las principales especies, en tanto sea una superficie protegida, que es lo único que impide que sea deforestada”, insiste Carabias.

 Natura Ecosistemas Mexicanos mantiene su monitoreo en la región gracias a un convenio con el pueblo lacande.

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