

AGENCIA
Ciudad de México.- En medio del proceso electoral más complejo del país, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, ha generado polémica al justificar abiertamente el uso de “acordeones” -anotaciones con nombres de candidatos- durante la elección judicial, minimizando su impacto en la equidad del proceso.
Durante una conferencia de prensa tras reunirse con observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), el senador morenista defendió que llevará anotaciones al momento de votar, afirmando: “Claro que voy a llevar anotado por quién votar… tengo muy buena memoria, pero para qué, ya me estoy haciendo viejito”.
La declaración no solo normaliza prácticas que rozan los límites de la legalidad electoral, sino que trivializa un proceso que debería garantizar total imparcialidad, sobre todo tratándose de una elección que definirá parte del futuro del Poder Judicial.
Peor aún fue su intento por restarle importancia a los “acordeones” distribuidos públicamente -algunos por estructuras políticas- argumentando que “no obligan a nadie a votar de cierta manera”. En sus palabras: “Es como cuando tú copiabas en un examen, si confías en una persona, pues a lo mejor así te va… uno tiene que asumir su responsabilidad”.
Comparar el voto ciudadano con una trampa escolar no solo es insultante para la ciudadanía, sino revelador del poco respeto que algunos representantes públicos tienen por la integridad democrática. En lugar de combatir posibles mecanismos de coacción o inducción del voto, Noroña los justifica y relativiza.
Mientras tanto, la OEA ha manifestado su preocupación por la independencia del Poder Judicial y por la calidad democrática de este proceso. Heraldo Muñoz, quien encabeza la delegación, señaló que observarán principios como la independencia judicial y el acceso a la justicia, justamente los elementos que se ven amenazados por actitudes como la del senador.
En lugar de dar garantías de un proceso transparente y libre de presiones, Fernández Noroña se escuda en el “sentido común” para legitimar conductas cuestionables, enviando un pésimo mensaje a millones de ciudadanos que acudirán a las urnas.
En una elección donde se juega la credibilidad del sistema de justicia, no hay espacio para minimizar ni trivializar posibles irregularidades. Las declaraciones del senador no abonan al fortalecimiento de la democracia, sino a su debilitamiento.
Aprobaron sin analizar. ¡Aquí las consecuencias! Lo sensato era arreglar las fiscalías y no armar este sin sentido.
El colmo del consumo justificando las trampas… De verdad que bajo cayó la clase política mexicana, ¡Normalizando la ilegalidad!
