

Orizaba.- Una trifulca que estuvo a punto de llegar a los golpes se registró en el interior del mercado Melchor Ocampo, luego de que inspectores de Comercio del Ayunta-miento derribaran la mercancía de una canastera, provocando el hastío del resto de cerca de 20 vendedoras ambulantes.
Ayer por la mañana, nuevamente las comerciantes fueron hostigadas por el personal del departamento del Ayunta-miento que, según dijeron las agraviadas, les exigen permisos para vender sus productos, y cada vez que van a solicitarlo las autoridades se los niegan.
Lo anterior, aseguraron las comerciantes, además de ser un abuso por parte de las autoridades, es un claro ejemplo de la intolerancia y del racismo, toda vez que fueron llamadas “indias chancludas”, entre otros insultos y groserías.
Atribuyen dichos abusos al regidor encargado del área de Comercio, Raymundo Reynoso Limón, quien pese a ser comerciante, es poco to-lerante ante las peticiones y necesidades del gremio, aseguraron las mujeres agraviadas.
Como se recordará, el miércoles pasado un aproximado de 20 vendedoras ambulantes, que ofertaban sus productos en las inmediaciones del mercado Melchor Ocampo, fueron interceptadas por seis inspectores de Comercio, que les quitaron su mercancía.
Ayer la señora Dalia Gerónimo García, de 27 años, vecina de Rafael Delgado y madre soltera de cuatro pequeños, vendía sus ciruelas en la esquina de Oriente 9, alejada del mencionado mercado.
Según dijo, repentinamente llegaron dos inspectores, los cuales lejos de intentar dialogar con ella o de exhortarla a retirarse del lugar, comenzaron a insultarla y a intimidarla.
“Me fueron siguiendo hasta el mercado y ahí les dije que iba a llamar a los medios (de comunicación) y fue cuando me tiraron mi canasta con la ciruela”, comentó la comerciante, quien asegura que los inspectores quieren cobrar tarifas que van de los $300 a los $500 para regresarles sus canastas.
Esta situación originó que ayer alrededor de las 14:00 horas al menos una veintena de vendedoras se acercaran a la oficina de la administradora del Melchor Ocampo, de nombre Laura Sánchez, para recibir una explicación por estos hechos, pero jamás fueron recibidas por el personal.
Por momentos todo se volvió tenso y las afectadas estuvieron a punto de iniciar una riña, en su desesperación por ser escuchadas, por lo que fue necesaria la presencia de la Policía municipal.
