


Efraín Hernández
EL BUEN TONO
Región.- Las administraciones de Córdoba y Fortín han convertido la opacidad y la simulación en una política sistemática. En Córdoba, Juan Martínez Flores continúa los vicios de Leticia López Landero, usando el Plan Municipal de Desarrollo como un instrumento de manipulación y burla a la ley. En Fortín, Gerardo Rosales Victoria mantiene las prácticas de opacidad y bloqueo de información heredadas del exalcalde Antonio Mansur Oviedo, impidiendo que la ciudadanía tenga acceso a datos clave y dejando a los habitantes en total indefensión. Manuel Molina Gómez, presidente del Centro de Investigación, Difusión e Implementación sobre Asociaciones Civiles (CIDIAC), aseguró que estas acciones representan un modelo de gobierno que prioriza intereses personales sobre la ley y la transparencia.
Molina Gómez advirtió que el calendario de resultados del OPLE y del Tribunal Electoral es tan flexible que favorece a quienes buscan manipular procesos, dejando en desventaja a ciudadanos y opositores. “Los cuatro municipios de esta zona metropolitana simulan cumplir con sus obligaciones legales mientras utilizan los planes de desarrollo y la información pública como herramientas de control político”, afirmó.
El especialista también señaló que cámaras empresariales, colegios de profesionistas y exaspirantes a la alcaldía permanecen al margen, permitiendo que estas prácticas continúen sin sanción. En Fortín, Rosales Victoria sigue los pasos de Mansur Oviedo: bloquea informes, manipula datos y proyecta sus intereses hacia 2030 sin asumir responsabilidades reales a partir del 1 de enero de 2026. En Córdoba, Martínez Flores reproduce las mismas estrategias de simulación que López Landero, demostrando que los problemas estructurales de gobernabilidad son heredados y persistentes.

