Omealca.- El olor a combustible que despide el río Blanco es un problema que afecta la salud de los vecinos, contamina al medio ambiente y mantiene en alerta a la población que vive cerca de la ribera.
Algunos habitantes indicaron que el hidrocarburo se encuentra a un lado del afluente y es resultado de la acumulación de las fugas que existen y que el agua de las lluvias arrastra hasta el lugar; otros aseguran que se escapa a un costado de la carretera Cuichapa-Omealca.
Residentes de la zona aseguraron tener dolores de cabeza, nauseas, entre otros malestares.
Indicaron que ya reportaron la situación a Petróleos Mexicanos (Pemex), pero la dependencia ha hecho caso omiso, puesto que el problema sigue sin ser atendido.
Precisaron que la fuga se encuentra en el lugar donde hace algunos meses se rompió la tubería y que el pasado fin de semana personas acudieron para llenar tanques y almacenar gasolina en sus casas.
“Las personas ven la oportunidad de ahorrarse dinero o de tenerlo, aunque se expongan al peligro”, expresaron.
