


Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- La ciudad que presume ser un “parque de diversiones” iluminado y seguro, en realidad vive bajo la sombra de una inseguridad que no se puede maquillar con focos estridentes ni discursos repetidos. La administración municipal insiste en vender una postal de fantasía, pero los hechos hablan de ejecuciones, casas de seguridad y operativos que desnudan la fragilidad del modelo que tanto se presume.
Mientras el presidente municipal Juan Manuel Diez Francos alardea de un tercer periodo con la bandera de la seguridad como logro, la realidad lo contradice. No es la primera vez que una intervención deja al descubierto el rostro oculto de la violencia.
Recordó que, hace unos años ya se vivió un escenario casi de guerra en la zona de la Sur 15, y recientemente, en la colonia Ferrer Guardia, un cateo en un taller mecánico y una pollería coincidió con la celebración patronal de San Miguel Arcángel, recordándole a las familias orizabeñas que la violencia no respeta fechas ni apariencias.
El grupo político conocido como Expori, con figuras como Igor Fidel Rojí López y ahora Diez Francos, ha estado en el poder durante años, sosteniendo una narrativa de seguridad que parece cada vez más endeble. La “ciudad más segura del país” es un título que pende de alfileres y mucha saliva del presidente en sus discursos, sostenido más en propaganda que en hechos.
Jairo Guarneros Sosa, representante de la sociedad civil, señaló que la seguridad que presume la actual administración es una fantasía, pues los recientes acontecimientos muestran una gran debilidad en la estrategia local.
Subrayó que, lo mínimo que se espera es que la autoridad municipal reconozca la gravedad de la situación, que hable con la verdad y, con humildad, admita que el problema rebasa lo local. Sólo así podrá emplazar al Estado y a la Federación a diseñar una estrategia real para neutralizar la problemática y devolverle a la ciudadanía la certeza que merece.

