


De la redacción
El Buen Tono
CÓRDOBA.- En un evento con arquitectos, Manuel Alonso Cerezo, dejó en evidencia su pacto con el clan Sacre, al presumir públicamente un acuerdo con la próxima regidora de Movimiento Ciudadano, Nayibe Sacre. Con ello, el líder del llamado cártel inmobiliario afianza su dominio político sobre el cabildo, sumando a una de las familias más señaladas por su historial de corrupción y complicidad con gobiernos anteriores.
Emilio Sacre Luna, padre de Nayibe y exregidor en la administración de Leticia López Landero, ha sido identificado como un operador político sin escrúpulos, capaz de aliarse con cualquier fuerza en el poder para proteger sus intereses personales. En su momento fue cómplice del saqueo panista; ahora, repite la fórmula con el nuevo alcalde, entregando a su hija como ficha de negociación. Así, la familia Sacre confirma su modus operandi: venderse al mejor postor para seguir viviendo del erario.
Pese a presentarse como oposición, Movimiento Ciudadano fue absorbido por la estructura de corrupción que representa esta familia. Jacqueline Rodríguez Beristáin, quien también ocupará una regiduría, se limita a seguir órdenes de Emilio Sacre, fungiendo como pieza decorativa en un partido que ya no responde a la ciudadanía, sino a los intereses de una red familiar que ha hecho de la política un negocio personal.
Basta recordar que Movimiento Ciudadano obtuvo dos espacios en el próximo cabildo; sin embargo, ambos quedaron en manos de una familia marcada por el oportunismo, la corrupción y los pactos con el poder. La historia se repite: Emilio Sacre traicionó a los ciudadanos al pactar con Leticia López; ahora, Nayibe y Jacqueline se integran al proyecto de Manuel Alonso Cerezo, quien encabeza el cártel inmobiliario en Córdoba.

