Según Wiquipedia; “La palabra anarquía proviene del griego ἀναρχία, anarchía (de ἄναρχος, ánarchos, prefijo ἀν, an, que significa ‘no’ o ‘sin’, y sustantivo ἀρχός, archós, que significa ‘dirigente’, ‘soberano’ o ‘gobierno’), y sirve para designar aquellas situaciones donde se da la ausencia de Estado o poder público, volviendo inaplicable el monopolio de la fuerza sobre un territorio. A diferencia de la autarquía (uno mismo-gobierno), un concepto de filosofía moral, la anarquía se refiere a una situación del orden político”.
En la filosofía política la palabra anarquía es polisémica, (considerándosele diversos significados), utilizando comúnmente para definir el caos en lo político o en la forma de gobierno; internacionalmente y de acuerdo a las relaciones entre los Países se le llama anarquía a la apreciación, de que los Estados son autónomos frente al derecho internacional en la medida que no existe un gobierno mundial por sobre los gobiernos nacionales.
En México se ha pretendido calificar como anárquicos a grupos de choque que son utilizados “políticamente”, como de presión, que ensayan actuar en el clandestinaje, pero que en su mayoría viven o se benefician del erario público, cubriéndose el rostro y destruyendo lo que encuentran a su paso, en muchas de las ocasiones con la presencia y complacencia de la autoridad, pero éstos no pasan de ser grupúsculos integrados por “delincuentes esbozados” provocando violencia, desorden y caos, infiltrados por movimientos de mayor
presencia y envergadura.
Desde nuestra perspectiva personal, la anarquía es la negación de la ley y sus consecuencias, no la podemos considerar una filosofía política o social, como se ha pretendido por algunos pensadores, en consideración a que éstas se encaminan a la convivencia humana, por medio de reglas, y en contrario, la anarquía pretende la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y, por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, pretendiendo que resultan indeseables, innecesarias y nocivas, lo que consideramos una ficción social, pues nadie puede desarrollarse viviendo sin reglas que permitan la convivencia humana y social, por lo que la consideramos retrograda.
La formación participativa de la ciudadanía en sociedad, como concepto y estilo de vida, depende de la disponibilidad de los ciudadanos a comprometerse e identificarse con su comunidad, es un sentimiento de pertenencia, saberse y sentirse parte de la comunidad, estado y país, motiva a los individuos a trabajar por ella, esto ha retrocedido paulatinamente en México por la imposición de la partidocracia, perdiéndose la auténtica representación de los intereses del pueblo, y restándoles a los individuos libertad y soberanía, por una exacerbada injerencia mediática y de los grupos de poder político, económico y criminal, quienes han permeado y controlado el tejido social, potenciado por una sociedad de consumo que nos empuja a acumular bienes de manera irracional, nos convertimos en extremadamente vulnerables a la manipulación, perdiéndose la identidad nacionalista, el orden y el respeto de nuestra idiosincrasia inminentemente democrática y liberal, la globalización ha transformado el concepto de ciudadanía y radicalizado los intereses individuales, perdiendo nuestro marco de referencia, socavando la gobernabilidad y desestimando la capacidad colectiva, la que atraviesa por el interés a la obtención de beneficios de carácter únicamente personal y de logro económico, puede decirse, es la búsqueda del dinero sin importar su procedencia y consecuencias, los seres humanos por naturaleza no podemos vivir aislados, de ahí que no consideremos la visión de un individuo autónomo, que no dependa de un vínculo social, ni a nivel privado, ni a nivel comunitario, como pretenderían los mal llamados anarquistas por medio de una visión falaz de las libertades, cuyos postulados son meramente una negación de su
propia existencia.
Saludos…
