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Anarquistas

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Son famosos los anarcos —“muerden y desaparecen”— por sus estrategias golpistas en las manifestaciones sociales, cualquiera que sea su causa. 

Según un estudio de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, los autollamados anarquistas han atacado a policías, comercios y carreteras en la Ciudad  de México 

Estados como Guerrero, Oaxaca y Michoacán usando cohetones, bombas molotov, garrafones con gasolina, así como palos, tubos, piedras, navajas, puntas y objetos con los que agreden lo mismo a policías que a
periodistas. 

Normalmente son provocadores profesionales que incitan a la violencia extrema, encubriéndose en el anonimato con sus capuchas. Ellos son: “Seamos peligrosxs para la difusión de la internacional negra”. 

“Contribución del núcleo de miembros presxs de la conspiración de células de fuego FAI/FRI para el simposio internacional de las jornadas informales anarquistas de 2013”, efectuado del 27 al 29 de diciembre del año pasado en el auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, rebautizado como “Che Guevara” por los grupos que a todo se dedican, menos a prepararse para lograr ser buenos
profesionistas. 

Este documento (manual) se hizo público a través de una página de la Internacional Negra, la cual tiene dominio web en España —“Cada uno de nosotrxs lejos de roles y especializaciones puede  desarrollar sus capacidades a través de la reciprocidad… atracos, incendios, bombas, ejecuciones, textos, debates y cualquier otra expresión que promueva la anarquía”.  

En este texto definen que sus blancos son instituciones gubernamentales, bancarias y comerciales, fuerza policial, sociedad civil y periodistas, lo hemos corroborado al observar cómo en las recientes manifestaciones jóvenes embozados han prendido fuego a una puerta de Palacio Nacional y barricadas con llantas en Ciudad Universitaria. 

Realizan actos vandálicos a un paso de ser terroristas, encubriendo sus actividades delictivas en movimientos sociales infiltrándolos, causando desestabilidad de alto impacto. 

Destacó la presencia del chileno Lawrence Maxwell en los hechos de la noche del 20 de noviembre por su protagonismo en los actos violentos del Zócalo capitalino, él y diez vándalos más fueron consignados por
la PGR. 

El músico chileno de 43 años vino a México a estudiar una maestría en la UNAM.  

Su abogado afirma que “estaba estacionando su bicicleta en una de las vías de acceso al Zócalo”, sin embargo, no dijo que el músico fue dirigente estudiantil en Chile en la década de los 80 y autor del libro Los hijos de Pinochet. ¿Vino a estudiar o para infiltrarse y generar desmanes?

El presidente Peña Nieto sostuvo que “al amparo del sufrimiento causado por el caso Iguala han ocurrido movimientos de violencia, cuyo objetivo pareciera responder a un interés de generar desestabilización y de atentar contra el proyecto de nación”. 

De ahí que el Ejército y la Marina mexicanos, sin restricciones, apoyen y reiteren su lealtad a México. El ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, afirmó con claridad: “La no aplicación de la ley contra los violentos lesiona los derechos de todos los gobernados” al hacer un llamado a los gobiernos a no ser omisos. 

Sabemos que no es con discursos como se combate la violencia,  por ello sólo resta aplicar la ley sin vacilaciones. Ojalá lo entiendan los encargados de aplicar la justicia, incluidos los gobernadores del país. Lo contrario será causa de su remoción.  ¿O no, estimado lector?…

                *Presidente del Congreso Nacional de la Abogacía

         juancarlossanchezmagallan@gmail.com

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