De la Redacción
El Buen Tono
Calcahualco.- Durante los últimos ocho años, la tala clandestina aumentó en la zona, tras la salida de los guardabosques que vigilaban las faldas del volcán Pico de Orizaba, y con ello inhibían las actividades de taladores de este municipio, Coscomatepec, La Perla y Atzacan, dieron a conocer ambientalistas.
Vecinos del área aseguraron que ahora todos los días saquean el Parque Nacional sin que les importen los daños que causan al medio ambiente, como el calentamiento global y la “ola de calor” que se registra en estos días.
Se refirieron a la falta de estrategias del gobierno estatal y federal para contrarrestar el problema, a pesar de las consecuencias que se viven, “todos se quejan de las altas temperaturas y esperan ansiosos las lluvias, pero nadie hace nada para reforestar las áreas devastadas por los taladores o exigir a las autoridades que los detenga”.
Errores
Pobladores recordaron que 2015 fue el último año en el que hubo guardabosques, personas contratadas por el Gobierno Federal y que mantenían controlada la zona para evitar la expansión de incendios forestales, creaban ollas o captadores de agua, a fin de prevenir deslaves y ayudar en la retención de agua para los mantos acuíferos.
También trabajaban en acciones de reforestación, debido a que por la ruta Calcahualco-Pico de Orizaba se encuentra un espacio para la conservación y dispersión de semillas, “pero ya no están, los despidieron”.
Transgresión
“Es crucial reconocer que la tala clandestina representa una violación flagrante de las leyes ambientales y los esfuerzos de conservación. La protección de los parques nacionales es fundamental para preservar la riqueza natural y cultural de una región, y la tala ilegal socava directamente esos esfuerzos”, expresaron activistas regionales.
Además, subrayaron, el Parque Nacional Pico de Orizaba es un importante pulmón verde y un refugio para numerosas especies endémicas y en peligro de extinción, por lo que la tala clandestina amenaza su supervivencia y preservación.
Hicieron notar que la creciente tala clandestina en la zona del Parque Nacional Pico de Orizaba, es una situación preocupante que debe abordarse urgentemente. Esta actividad ilegal tiene un impacto devastador en el ecosistema y la biodiversidad de la región, así como en el sustento de las comunidades locales.
