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Bache pasa a ser una laguna; en el Centro de Cuitláhuac

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Laura A. García 
El Buen Tono 

Cuitláhuac.- Lo que comenzó como un bache se convirtió en un peligroso cuerpo de agua de dimensiones considerables en la avenida 10, una de las vías principales de la cabecera municipal.
El hoyo, que creció de manera progresiva, permanece sin ser reparado por las autoridades municipales, encabezadas por Martín Rico Martínez, a pesar de las múltiples quejas vecinales.
La improvisada “alberca” se llenó con las recientes lluvias, generando un riesgo latente tanto para automovilistas como para peatones.
Los vehículos deben realizar maniobras peligrosas para esquivarla, mientras que el estancamiento de agua representa un foco de insalubridad al propiciar la proliferación de mosquitos.
Esta situación es la manifestación más visible de un patrón de abandono en el mantenimiento de la infraestructura vial urbana.
Los vecinos afectados relataron que el hoyo comenzó como una grieta menor, pero la falta de acción correctiva por parte de la Dirección de Obras Públicas permitió que se agravara hasta alcanzar su estado actual.
“Es una burla. Pagamos nuestros impuestos y no podemos transitar con seguridad por una avenida principal. Vivimos en el olvido”, declaró un comerciante.
La crítica se dirige a la alcaldía de Martín Rico Martínez, a quien acusan de una gestión reactiva y negligente.
La persistencia del problema evidencia una grave falla en los servicios municipales más elementales, como la reparación de baches.
La incapacidad para atender una afectación vial de esta magnitud, ubicada en un punto céntrico, plantea serias dudas sobre la eficacia de la actual administración municipal.
Más allá de las posibles limitaciones presupuestales, la comunidad percibe una clara falta de voluntad política y de capacidad operativa para resolver problemas básicos que impactan directamente en la seguridad y calidad de vida de los cuitlahuaqueses.
La “alberca” de la avenida 10 es más que un hoyo sin reparar; es un símbolo del deterioro de la infraestructura pública y de la desconexión entre el gobierno municipal y las necesidades urgentes de los ciudadanos.
Mientras el alcalde, Martín Rico Martínez, se mantiene omiso, lo que también es corrupción, el cráter seguirá creciendo en dimensiones físicas, pero también como una profunda brecha de desconfianza entre los habitantes y sus autoridades en turno.

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