Alrededor de las 10:00 horas de ayer arribaron a Los Colorines cerca de 300 personas entre hombres, mujeres y niños quienes aseguraban ser familiares y amigos de personas desaparecidas.
Cargando lonas, cartulinas y mantas, las personas comenzaron a bloquear la autopista en ambos carriles, mientras que otro grupo de mujeres se trasladaba a la puerta de las instalaciones de Seguridad Pública para impedir que los elementos salieran de las instalaciones y al mismo tiempo exigir que les dijeran dónde están las personas que según denuncias interpuestas por los manifestantes, se han llevado elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.
La circulación de los vehículos sobre la autopista comenzó a ser complicada, por lo cual los manifestantes bloqueaban por espacio de 15 minutos y abrían 10 para permitir el paso de vehículos y prevenir problemas con las autoridades viales.
Por su parte el grupo de mujeres que estaba afuera de las instalaciones de Seguridad Pública comenzó a lanzar consignas contra la Policía Estatal, pero sobre todo contra el Mando Único, a quien le exigían datos sobre el paradero de sus familiares.
Cuando estaban en ese lugar, llegó un automóvil particular en donde viajaba un elemento de Seguridad Pública quien desafortunadamente se enfrentó a los manifestantes y ellos en su afán por permanecer en su lucha no permitían el paso y al ver esto, sus compañeros salieron a su rescate.
Y es que mujeres ya muy alteradas, poncharon llantas y rompieron cristales de la unidad particular, por lo cual se originó el enfrentamiento, durante esos minutos fue agredido el periodista Juan Santos Carrera, quien tuvo que ser trasladado a un hospital de Orizaba.
Horas más tarde arribaron autoridades estatales, entre ellos el Subprocurador Alejandro Dávila Verá, quienes trataron de dialogar con los manifestantes, pero no lograron llegar a un acuerdo.
Por su parte los manifestantes permanecieron en el lugar y hasta el cierre de edición el bloqueo en la autopista aún continuaba, ya que los inconformes aseguraban que no se irían hasta que sus familiares les fueran entregados vivos o muertos.
ANABEL F. SALAZAR
El Buen Tono
