


Efraín Hernández
El Buen Tono
FORTÍN, VER. — El bulevar Córdoba–Fortín, paso obligado para miles de automovilistas, se ha convertido en un terreno concesionado a comerciantes ambulantes, quienes operan con la anuencia del presidente municipal, Gerardo Rosales Victoria, y de la Dirección de Comercio.
Cada miércoles, el tianguis invade banquetas, camellones y carriles del bulevar, obligando a los conductores a estacionarse sobre la vía, mientras la autoridad permanece ausente.
Detrás de esta ocupación se encuentra una red de cobros ilegales: los vendedores pagan hasta 250 pesos por metro cuadrado para mantener sus puestos, sin que exista regulación ni control por parte del Ayuntamiento.


