De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- La filtración del cabildo que acompañará a Manuel Alonso Cerezo muestra un gobierno estructurado bajo intereses políticos y familiares, donde varios integrantes buscan perpetuarse en cargos públicos y mantener el control de recursos municipales.
La ciudadanía enfrentará un ayuntamiento marcado por el reciclaje político, cuotas personales y alianzas que privilegian intereses privados sobre la administración efectiva.
Manuel Alonso Cerezo ocuparía la Presidencia Municipal, consolidando su rol como líder del cártel inmobiliario, mientras que Luis Abella Alvarado sería el verdadero motor detrás del gobierno, con antecedentes de facturero al servicio de la delincuencia.
En la Sindicatura, Irene Sedas González, junto con Andrea Aceval Sánchez, se perfila como parte de una estructura que mantendrá el control de recursos y decisiones clave.
Entre las regidurías, el panorama refleja reciclaje político y privilegios familiares:
María Ángela Ordinola Camarillo, vinculada a intereses políticos previos, mantiene presencia en la administración municipal.
Jorge Maximiliano Huerta Vázquez (Morena), conocido como “Jorge Chelas”, con historial de vida nocturna y un accidente vehicular favorecido por la regidora de Tránsito, Isamar Balderas Flores.
Glorisel Ixmatlahua Rodríguez, con antecedentes de gestión que no han sido transparentes en anteriores cargos.
Vania López González, actual síndica, buscando continuar viviendo del erario y mantener privilegios heredados de administraciones pasadas.
Nayibe Sacre González, hija del exregidor Félix Emilio Sacre Luna, quien fungió como aviadora en la administración de Leticia López Landero y participó en el saneamiento de cuentas públicas de esa gestión.
Jaqueline Rodríguez Beristain, ligada a redes políticas que garantizan permanencia en nómina pública.
Nhesma Faride Telis Arano, con historial de participación en proyectos municipales con bajo escrutinio ciudadano, cuyo único “mérito” para figurar en la planilla habría sido su relación sentimental con el corrupto Víctor Serralde, de quien es amante. Por esa conexión habría llegado a ocupar la regiduría, y todo apunta a que este personaje operará como aviador y será quien realmente despache y tome decisiones en esa oficina.
Claudia Olga de la Huerta Manjarrez, regidora priista, chapulina de partidos políticos que ha estado en múltiples siglas según conveniencia.
Itzel López González, hermana de Vania, con residencia en Xalapa y antecedentes laborales en el Poder Judicial, beneficiada con escolta financiado con recursos del ayuntamiento.
José Javier Medina Rahme, exsíndico en la administración panista, regresando para mantener su posición dentro del cabildo.
La composición del cabildo refleja un esquema de intereses cruzados, control familiar y reciclaje político, donde la pluralidad anunciada se convierte en un instrumento para mantener privilegios y garantizar la operación de figuras con historial en la administración pública.


