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Cáncer, lupus, soriasis y malformaciones: las secuelas que dejó Anaversa siguen doliendo a 34 años de la tragedia

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Efraín Hernández
El Buen Tono

Córdoba, Ver.– Cáncer, lupus, malformaciones congénitas, afecciones respiratorias y enfermedades de la piel como la soriasis marcaron la vida de decenas de familias cordobesas tras la explosión en la planta de plaguicidas Anaversa, ocurrida el 3 de mayo de 1991. A 34 años del siniestro, las secuelas de la contaminación tóxica siguen presentes en la memoria colectiva y en la salud de muchos sobrevivientes.

Este sábado, autoridades municipales encabezadas por el presidente municipal Juan Martínez Flores realizaron un acto cívico en memoria de las víctimas. En el evento participaron bomberos, elementos de Protección Civil, personal de la Cruz Roja y ciudadanos que vivieron el desastre o perdieron a seres queridos a causa de las enfermedades provocadas por la exposición a los químicos que se dispersaron por el aire, el suelo y el agua tras el incendio de la fábrica.

Posteriormente, a las 9:30 de la mañana, se llevó a cabo una guardia de honor en el Barrio de las Estaciones, lugar donde se encontraba la planta siniestrada. Ahí se colocó un arreglo floral en homenaje a quienes fallecieron en el lugar y a aquellos que murieron con el paso de los años por enfermedades derivadas de la exposición prolongada a sustancias altamente tóxicas como el paratión metílico.

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