Tania López
El Buen Tono
Fortín.- A 42 días de que concluya el gobierno encabezado por Gerardo Rosales Victoria, continúan los percances dentro del tianguis, donde los peligros aumentaron por la permisividad y la corrupción. En los últimos meses ocurrió un hecho de alto impacto cuando una mujer fue atropellada por el entonces mando de la desaparecida Policía Municipal —hoy incorporado a la corporación estatal bajo la clave “Trujillo”— sin que se implementaran correctivos. Desde esa agresión se han repetido caídas, golpes y fallas operativas que evidencian la ausencia de control en los espacios públicos.
El caos se originó debido a la invasión total de banquetas y zonas peatonales, tolerada inicialmente por el exencargado de Comercio, Ernesto Arteaga Quevedo, identificado por los locatarios como el principal promotor y cómplice de las anomalías que se dispararon durante este cuatrienio. Su salida no detuvo los abusos, pues el actual responsable, Humberto Chacón, mantuvo el mismo esquema, consolidando un mercado ambulante sin normas, con el bulevar convertido en estacionamiento y con peatones obligados a caminar entre vehículos y puestos improvisados.
Aunado a ello, comerciantes y residentes afirman que la gestión de Rosales Victoria nunca aplicó reglamentos, permitió la expansión indiscriminada de vendedores irregulares y utilizó el desorden como herramienta de control político, lo que convirtió al tianguis en un punto permanente de riesgo y en emblema del deterioro institucional.
Frente a este panorama, fortinenses pidieron al alcalde electo, Alfonso Piccolo Marín, dejar de perder tiempo en los conflictos internos derivados de su primer regidor y su suplente, y empezar a diseñar un plan inmediato para terminar con este martirio que se profundizó bajo el actual mandato. Señalaron que la ciudad necesita una reorganización urgente que priorice la movilidad y la seguridad.
La ciudadanía reiteró que Fortín no soporta otro periodo marcado por improvisaciones y opacidad. Por ello exigieron que la próxima administración rompa con la herencia de corrupción y abandono que dejaron Rosales Victoria, Arteaga Quevedo y Chacón, responsables del deterioro que mantiene al tianguis convertido en una zona de riesgo constante.

