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Capacitan a sacerdotes para dialogar con el n4rco y construir la paz en comunidades vulnerables

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Agencias

México.- Más de 70 agentes pastorales —entre sacerdotes y laicos— de diversas diócesis del país están siendo capacitados para entablar diálogo con miembros del crimen organizado, como parte de un esfuerzo por reconstruir el tejido social en zonas golpeadas por la violencia.

El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, explicó que la iniciativa busca abrir caminos hacia la paz, incluso mediante “acuerdos pastorales” que permitan a los sacerdotes ejercer su misión sin poner en riesgo su vida en regiones controladas por grupos delictivos.

“Queremos acercarnos al delincuente para ayudarle a rehabilitarse y, con ello, construir la paz. La Iglesia debe colaborar con la sociedad civil y con las autoridades para lograrlo”, declaró Garfias Merlos.

Un taller inédito para enfrentar la violencia

El curso —denominado Taller para el fortalecimiento de capacidades de negociación en sacerdotes y agentes— se imparte los días 14 y 15 de julio en la Universidad Pontificia de México. Participan representantes de Matamoros, Ciudad de México, Acapulco, Morelia y Guadalajara, zonas afectadas por la presencia del crimen organizado.

Durante el taller, los participantes estudian casos de diálogo exitoso en otros países, como el proceso de paz en Colombia, y herramientas conceptuales para la construcción de lo que llaman “paz horizontal”: iniciativas ciudadanas que nacen desde lo local para frenar la violencia y visibilizar patrones criminales.

Negociar, aunque sea riesgoso, puede ser necesario

Uno de los materiales clave que se discuten es el informe “Negociando con grupos criminales violentos” (Institute for Integrated Transitions, 2021), que destaca que aunque las negociaciones con delincuentes implican riesgos, ignorarlas puede perpetuar la violencia.

“La aplicación mecánica de la ley a menudo fracasa en contextos de violencia crónica. La negociación, aunque no sea ideal, puede ser una herramienta viable si se ejecuta con cuidado y ética”, subraya el documento.

Casos mexicanos y experiencias replicables

Los sacerdotes también analizan ejemplos nacionales, como el modelo de Coahuila, surgido tras el conflicto entre Los Zetas y el Cártel de Sinaloa en la región de La Laguna (2008-2013), donde la colaboración entre sociedad civil y gobierno logró frenar la espiral de homicidios.

Dicho modelo ha sido documentado en el Banco de experiencias para la construcción de paz en México (2022), y se considera un referente de acción colectiva exitosa frente al crimen organizado.

Una Iglesia que no se queda al margen

El taller fue organizado por el Instituto para la Paz, el Diálogo Nacional por la Paz, la Comisión Episcopal de Pastoral Social, la Universidad Pontificia de México y el Centro Lindavista. Todos ellos coinciden en que la Iglesia puede y debe desempeñar un rol activo en la transformación de los territorios.

“Promover el valor de la vida, abrir espacios de escucha y movilizar a la ciudadanía son actos pastorales urgentes frente a la cultura de la violencia,” concluyó el arzobispo Garfias.

En un país donde más de 30 mil homicidios se registran cada año, la estrategia de formar sacerdotes para dialogar incluso con criminales marca un giro audaz en la búsqueda de soluciones humanitarias y espirituales a una crisis que, hasta ahora, ha mostrado pocas señales de retroceso.

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