Orizaba.- La Iglesia Católica celebró a San Rafael Guízar y Valencia, primer obispo mexicano canonizado, que destacó por su labor misionera aún en la adversidad. Gracias a su intercesión, familias que no podían procrear lo consiguieron.
Su Santidad Juan Pablo II lo declaró Beato el 29 de enero de 1995, en Roma, Italia, en la Patriarcal Basílica Vaticana, y es un ejemplo de pastor abnegado y héroe de las virtudes cristianas. Fue canonizado el 15 de octubre de 2006, en la plaza de San Pedro, por el Papa Benedicto XVI.
La Diócesis de Orizaba, a través de su vocero Helkyn Enríquez Báez, dio a conocer que se caracterizó por su celo misionero, estableciendo estas actividades encaminadas a anunciar el Evangelio y administrar los sacramentos al estilo que se entendía la misión en esos tiempos, es decir, iba de pueblo en pueblo predicando la Palabra de Dios en toda la Diócesis que era considerada toda la Entidad, ya que no existían las ocho en que actualmente está distribuida la Iglesia en Veracruz.
Para recordar su vida y obra, no sólo se realizaron misas en las parroquias y rectorías, en honor a San Rafael Guízar, también se llevó a cabo la colocación de altares con su imagen para venerarlo.
En el caso de la Rectoría de Nuestra Señora del Calvario, se llevó a cabo la exposición de una reliquia de primer grado, es decir, un pequeño fragmento de sus huesos, siendo una oportunidad para las parejas que desean tener un hijo y le piden su intercesión para concebirlo.
