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Región.- La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), clausuró de forma total y temporal las actividades forestales en dos predios de Nogales y Tlaquilpa, tras detectar el aprovechamiento ilegal de recursos maderables sin autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Las inspecciones se realizaron el 22 y 23 de abril y revelaron el derribe de más de 48 metros cúbicos de madera, incluidos árboles dentro de zonas de conservación, lo que representa una grave afectación al equilibrio ecológico de la región.
En Nogales, la intervención se realizó en el paraje conocido como Piedra del Águila, dentro del Parque Nacional Cañón del Río Blanco, área natural protegida de alta importancia ecológica, pero a la que siguen devastando.
Ahí, personal de la dependencia constató el derribe clandestino de árboles en un volumen que supera los 40 metros cúbicos.
En tanto, en Tlaquilpa, se detectó el aprovechamiento ilegal de 8.5 metros cúbicos de madera de pino en un predio del Barrio de San Pedro, sin los permisos ambientales correspondientes.
Ambos casos derivaron en la clausura de actividades, como medida de seguridad establecida por la legislación ambiental vigente.
Al respecto, organizaciones ambientalistas y ciudadanos denunciaron la complicidad o flojera de las autoridades municipales.
En particular, acusaron al alcalde de Nogales, Ernesto Torres Navarro, por su falta de acción ante las denuncias públicas sobre ecocidios en su jurisdicción, lo que provocó un creciente malestar social por el caso.
