

De la redacción
El Buen Tono
Tezonapa, Ver.– Mientras la administración municipal continúa inaugurando obras en diversas colonias y comunidades, habitantes de Tezonapa expresan su inconformidad ante lo que consideran acciones con fines meramente propagandísticos. La alcaldesa Claudia Rosales Colina, acompañada de su equipo de trabajo, ha intensificado en las últimas semanas los eventos públicos para entregar obras que, si bien atienden ciertas necesidades, son vistas como intentos por aparentar resultados durante el cierre de su gestión.
A pesar de que las obras entregadas incluyen pavimentaciones, guarniciones y banquetas, pobladores cuestionan la utilidad real de muchas de estas intervenciones. “Solo hacen lo que se ve, lo que llama la atención. Pero en otras partes seguimos sin agua, sin luz, sin caminos en buen estado”, comentó una vecina inconforme que prefirió no dar su nombre por temor a represalias. La crítica principal gira en torno al uso político de las obras públicas, las cuales son entregadas con actos protocolarios, sin atender verdaderamente las prioridades más urgentes del municipio.

Durante estos eventos, se observa una constante: presencia de funcionarios, discursos, estudiantes reunidos y fotografías que circulan en medios locales. Sin embargo, vecinos afirman que esta dinámica ha sido recurrente desde los primeros años de la administración y que, más allá del adoquín o el concreto, la realidad de muchas comunidades sigue sin transformarse. “Ponen unas banquetas o una calle bonita y ya con eso quieren que aplaudamos”, señaló un joven habitante.

La falta de transparencia en la selección de las obras también ha generado dudas. No se ha informado con claridad por qué ciertas zonas son atendidas y otras siguen relegadas. Mientras tanto, el discurso oficial insiste en que se trabaja “por el pueblo”, pero las decisiones parecen responder más a la imagen pública de la alcaldesa que a una verdadera planificación municipal basada en necesidades prioritarias.
Ante la cercanía del fin de su periodo, habitantes temen que estas entregas se multipliquen sin generar un impacto duradero, y denuncian que muchas de las obras entregadas en años anteriores ya presentan deterioro. La exigencia ciudadana es clara: menos eventos y más soluciones reales para un municipio que necesita más que apariencia
