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Colima: Triángulo de las Bermudas

Superiberia

 

Mientras el país está pendiente, y por buenas razones, de la información sobre los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, así como de los casos de las jovencitas de las que no se ha vuelto a saber en Ecatepec, Estado de México, otra entidad está experimentando una verdadera crisis de personas ausentes.

Me refiero a Colima, cuyas autoridades estatales, que encabeza el gobernador Mario Anguiano Moreno, se han dedicado a negar el problema, a pesar de que las estadísticas oficiales, del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNDPED), dan cuenta de un crecimiento estrepitoso de los casos en los últimos cuatro años.

De acuerdo con esa base de datos, alojada en la página internet del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, un total de 202 personas no aparecen en Colima de 2003 a la fecha.

Sin embargo, el número de casos registrados por año suma 14 entre 2003 y 2010. Y se dispara a partir de 2011, año en que desaparecieron 18 personas en la entidad, lo doble que en 2010. En 2012 fueron 33 casos; en 2013, 59, y en lo que va de 2014, 77.

Las edades de los ausentes fluctúan entre los dos y los 70 años de edad, aunque 88 de los 202 tenían una edad de entre 15 y 29 años al momento en que desaparecieron. En la lista hay 62 menores de edad.

Esos son los datos que tiene la Federación sobre desaparecidos y extraviados en Colima, y que provienen en su enorme mayoría —según se especifica en la RNDPED— de la Procuraduría General de Justicia de la entidad. Un puñado de casos fue proporcionado por la Fiscalía General de Justicia de Jalisco.

Es por eso que extraña que el año pasado la PGJ colimense —cuyo titular es Marcos Santana Montes— haya retirado de su página de internet la información disponible sobre el número de desaparecidos en el estado. Hasta finales de 2013, el sitio web de la Procuraduría tenía registrados, en el apartado “Servicios en Línea”, los nombres de 13 personas ausentes, de acuerdo con el diario local Avanzada.

Lo extraño es que entre esos 13 desaparecidos no estuvieran los nombres de siete jóvenes michoacanos que salieron de Sahuayo, en septiembre de 2010, con la intención de vacacionar en Manzanillo, por cuyo caso la PGJ ofrecía una recompensa a quien proporcionara información sobre su paradero.

Los jóvenes llegaron a Tecomán, Colima, desde donde se comunicaron con sus familiares y después desaparecieron. Una semana después, la camioneta en que viajaban fue localizada por elementos del Ejército en la colonia Bayardo de esa ciudad.

En julio de 2013, el gobernador Anguiano admitió ante los medios desconocer el dato sobre el número de desaparecidos en la entidad y remitió a los reporteros con el vocero de seguridad Félix Humberto Vuelvas, quien tiene fama de conceder pocas entrevistas.

(Comprobé lo anterior al llamar a la oficina del funcionario, un vocero sin voz. Quien respondió la llamada dijo que su jefe estaba en una junta y no podía ponérmelo al teléfono. Espero que la junta haya tenido que ver con cómo resolver el grave problema de desapariciones que tiene el estado).

En una de esas raras ocasiones que habló con los medios, lo hizo con el periodista Víctor Manuel Gómez Corona, de Avanzada, quien ha seguido el tema de los desaparecidos en Colima y bautizó a la entidad como “el Triángulo de las Bermudas” porque nunca se vuelve a saber de las personas que allí se pierden.

El 11 de septiembre pasado, Gómez Corona escribió: “Al igual que en el Triángulo de las Bermudas, es común que en Colima no se tenga información pública de las personas que desaparecen. Incluso la PGJ eliminó el micro sitio de las personas desaparecidas que tenía en su página oficial de internet meses atrás. La dependencia del gobierno de Mario Anguiano Moreno no muestra información sobre las personas que busca, mucho menos los funcionarios han querido hablar del tema”.

Luego, mencionó la entrevista con Vuelvas, el vocero de seguridad estatal, quien negó que el estado tuviera un problema de personas ausentes.

“En términos generales —dijo el funcionario—, yo no tengo información de que haya desaparecidos, sobre todo aquí lo que más preocupa, vinculados con delincuencia organizada y todo ese tema que afecta mucho a las familias.”

Añadió: “Sí hay asuntos de desaparecidos, pero que regularmente se vuelven a encontrar a las personas. Como el clásico joven que se va de la casa por un problema en la casa y regresa. O se va la chica con el novio, son cuestiones no graves, que sí afectan a la familia, pero que regularmente aparecen, se localizan (…) Sí debe de haber algunos asuntos que no han sido resueltos, pero son mínimos y no traigo el dato para decirte son tantos”.

Esa es la seriedad con la que toman las autoridades colimenses la desaparición de 202 personas desde 2003, 187 de las cuales se han esfumado en los últimos cuatro años.

Por lo pronto, si los empresarios del ramo turístico de Manzanillo quieren seguir recibiendo vacacionistas, deberían empezar a presionar a las autoridades para atender esta crisis. Hay que tomar en cuenta que de 2012 a la fecha han desaparecido 52 personas en el puerto, de las cuales van 29 este año.

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