

CHIHUAHUA.- La muerte de dos menores de dos y tres años de edad, de manos de presuntos policías estatales, ha causado consternación y coraje entre los ciudadanos de la ciudad de Delicias; la muerte se dio durante la captura de un presunto secuestrador, el cual también fue abatido en el domicilio de una familia.
El pasado jueves alrededor de las 5:30 horas, agentes de la Policía Estatal Única perseguían a Juan de Dios Carrasco Domínguez, El Gallero, quien participó en un secuestro exprés.
El presunto delincuente se refugió en la vivienda de su prima, donde estaban los niños y su papá, en el fraccionamiento Labor de San Agustín, de la ciudad de Delicias.
De acuerdo con un parte oficial, Carrasco Domínguez disparó contra los agentes y estos respondieron hasta matar primero a los niños.
La versión de los familiares de El Gallero indica que éste llamó a una prima para pedirle que llamara a los elementos del Ejército para decirles que pararan la balacera porque quería entregarse debido a que los policías ya habían matado por lo menos a uno de los niños.
La balacera no cesó y murieron además de los menores, su padre y el mismo presunto delincuente, Juan de Dios Carrasco, de 23 años.
Cuando El Gallero llamó a su prima, la familia que radica en el municipio de Rosales (cerca de Delicias) acudió al domicilio, pero los cuatro ya habían fallecido.
Para la Fiscalía este caso es un éxito porque abatieron al “secuestrador” pero con consecuencias.
Inicialmente, el fiscal general del Estado Jorge Enrique González Nicolás, aseguró que no habría ninguna investigación dirigida a los agentes porque estos aplicaron los protocolos adecuados.Sin embargo, luego de que sectores sociales y la iniciativa privada exigieron una investigación y explicación sobre el asesinato de los niños y su papá, a quienes la dependencia estatal reconoció como inocentes, el gobernador César Horacio Duarte Jáquez anunció que sí habría una investigación sobre la actuación de la policía, pero insistió en que habían liberado a una víctima de secuestro, abatido a un delincuente y detenido a otras dos personas.
Por otra parte, Karen Mundo, madre de los niños Damián y Ariel, los despidió ayer en el panteón en la colonia Terrazas y también a su esposo Gerardo Salas Iracheta, El Negro, quien estuvo acompañado por sus compañeros del centro de rehabilitación Amar Chihuahua, donde el padre de familia laboró 10 años.
