


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver. – La obra de la calle 9 se ha convertido en un foco de riesgo para peatones, luego de que se revelara que la constructora a cargo nunca consultó a los expertos sobre la instalación de las guías podotáctiles. Magdalena González Ruiz, presidenta de la Fundación Roma, expuso la grave negligencia en el proceso, denunciando que la empresa actuó de manera unilateral y que solo se les notificó cuando la obra ya estaba concluida.
Tras la lluvias y la serie de accidentes que ha generado la obra de la calle 9, González Ruiz declaró sobre dicha obra. Lamentablemente no son las idóneas, afirmó. “Yo creo que la constructora que lo hizo no tomó medidas adecuadas porque no funcionan y además están provocando muchos accidentes”.
Detalló que el diseño es tan defectuoso que las guías, destinadas a orientar a personas con discapacidad visual, conducen directamente hacia obstáculos. Para los ciegos tampoco funcionan porque las pusieron en un lugar donde llegan y se toman con un poste o se toman con una caseta telefónica, explicó. Esta crítica pone en evidencia que la obra no solo es inútil para su propósito, sino activamente peligrosa.
“A nosotros nos hablaron pero nos hablaron cuando ya estaban puestas, señaló”. Esta afirmación contrasta fuertemente con la narrativa oficial del ayuntamiento de Córdoba, que en agosto pasado difundió un video boletín para promocionar la obra como un logro de infraestructura.
Esta situación se enmarca en un proyecto más amplio y cuestionado, valorado en 26 millones de pesos provenientes de fondos de parquímetros, que ha sido señalado por opacidad en la adjudicación y por la falta de solvencia técnica de la contratista. Las guías podotáctiles, lejos de ser un símbolo de inclusión, se han erigido como un monumento a la improvisación, un riesgo latente para videntes y no videntes que devela un patrón de desdén hacia la asesoría especializada y la participación ciudadana genuina en la obra pública de Córdoba.

