

Tokio.- En las profundidades de la planta nuclear averiada de Fukushima, una masiva capa de agua subterránea contaminada que empezó a filtrarse de los reactores después del terremoto y maremoto del 2011 empezó a derramarse en el Pacífico.
Ahora, dos años y medio después del desastre, los expertos temen que se agrave lo que se perfila rápidamente como una nueva crisis en Fukushima: La incapacidad para contener vastas cantidades de agua radiactiva.
La crisis es potencialmente mucho más grave que el descubrimiento esta semana de una filtración en un tanque que contiene agua contaminada usada para enfriar los reactores.
Ese derrame de 300 toneladas es el quinto y más grave de un tanque desde el desastre de marzo del 2011, cuando tres de los reactores se fundieron después que un sismo y su subsecuente tsunami dejaron a la planta sin electricidad ni sistema de enfriamiento.
Los expertos creen que el derrame subterráneo en la zona del reactor y la turbina es mucho mayor y posiblemente más radiactivo, que lo que plantea al operador, Tokyo Electric Power Co.
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