


De la Redacción
El Buen Tono
Cuitláhuac.- El Ejercicio Fiscal 2023 del ayuntamiento que preside Martín Rico Martínez, resultó con un patrón sistemático de opacidad, desvío de recursos públicos, contratos simulados y adquisiciones sin sustento legal.
Lo anterior, de acuerdo con la auditoría que le practicó el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis).
De las 13 obras que le revisaron, 11 carecen de proyectos ejecutivos, firmas responsables o estudios de impacto ambiental.
Un modus operandi que apunta a la simulación de obras, a fin de justificar presupuestos inflados por más de 21.6 millones de pesos.
Dichas prácticas violan múltiples normativas estatales y encubren actos de corrupción.
El ente fiscalizador manifestó que esta forma de operar representa una falta administrativa, y una estrategia premeditada para el desfalco.
Fallas
La auditoría también evidenció deuda pública no reportada por 970 mil pesos, incumplimientos con el Instituto de Pensiones del Estado (IPE), pagos extemporáneos que generaron sanciones fiscales y compras por 2.83 millones de pesos sin licitación, otorgadas a proveedores no registrados.
Todo al margen de la Ley de Adquisiciones del estado. A esto se suman omisiones ambientales, como la inexistencia de una comisión ecológica municipal y la falta de informes sobre manejo de residuos.
El Orfis otorgó 15 días hábiles al Órgano Interno de Control municipal para recuperar casi 4 millones de pesos en documentos por cobrar vencidos, subsanar las irregularidades y determinar responsabilidades administrativas y penales.
Hasta la fecha, no se ha informado si el ayuntamiento solventó las observaciones o las ignoró como ocurre.
Rateros
Los documentos son contundentes, en Cuitláhuac se manipuló el dinero público con discrecionalidad.
Ahora queda por ver si habrá consecuencias legales o si, como en tantos otros casos, la impunidad volverá a cubrir a los responsables que robarse el dinero del pueblo.


