


Amanecer, ayer jueves, con la noticia de que el oaxaqueño Flavino Ríos Alvarado, es el nuevo Gobernador de la Entidad, obliga a plantearse la pregunta que el reportero Santiago Zavala, protagonista de la novela “Conversación en La Catedral”, del peruano Mario Vargas Llosa, se hizo cuando vio tanta decadencia en su País: “¿en qué momento se jodió, se jodió el Perú?”. Y ¿en qué momento se jodió Veracruz? para merecerse a los últimos tres personajes que han pasado por Palacio de Gobierno: el innombrable, Javier Duarte y ahora Ríos Alvarado.
Se dijo en un texto anterior, que el Gobernador sustituto tendrá funciones decorativas más que efectivas y así es. Sin embargo, los siete parlamentarios priistas que eligieron a Ríos Alvarado, en la Diputación Permanente –atropellando el precepto Constitucional de que debería ser el Pleno Legislativo- se pasaron de ‘mala leche’. Es parte del surrealismo mexicano, pues miren que poner a un golpeador de ancianos a gobernar la entidad no sólo es un despropósito, sino una burla para todos los jubilados que fueron apaleados en diciembre del 2015 por órdenes de este funcionario.
De baja estola política y moral, y siempre en su papel de ‘chalán’ del vetusto Carlos Brito, el eterno vividor del erario, desde tiempo inmemoriales, Flavino Ríos Alvarado fue repudiado y sobajado por el innombrable durante el sexenio de la fidelidad, y aguantó, y se sometió, y se arrodilló hasta regresar al Gobierno de Duarte de Ochoa. Son de esos burócratas que no pueden vivir fuera del erario porque no saben ganarse honradamente el alimento. Sí, tiene una Notaría Pública en Minatitlán, pero esa oficina es parte de los negocios que ha hecho al amparo del poder.
Nombrarlo como mandatario sustituto también fue un premio al embuste, a la falsificación de documentos y al retorcimiento de la Ley. Ríos Alvarado es oaxaqueño, no veracruzano, y siempre engañó a la opinión pública con un acta de nacimiento apócrifa, falseando sus datos personales en cada encomienda pública que tuvo. Como buen oaxaqueño ladino –que hasta el queso enredan- a base de mentiras estará sentado en la silla estatal los próximos 46 días. ¿Qué se espera con ello? El mal ejemplo, que otros advenedizos se envalentonen. Es darle alas a los oaxaqueños voraces. A como van las cosas, en breve la fidelista Carolina Gudiño, ex diputada Local y Federal, y exalcaldesa del Puerto de Veracruz, quien también engañó a todos diciendo que era veracruzana cuando nació en Oaxaca, también se va a sentir con derecho de ser Gobernadora de una Entidad ajena. ¡Dios guarde la hora!
Pero más allá del comentario irónico y mordaz sobre este inefable personaje –en las redes sociales ya lo llaman “FlaviMori”, en referencia al dictador peruano Alberto Fujimori, descendiente de asiáticos pero que se fregó a toda una nación latinoamericana-, la llegada de Ríos Alvarado a la Gubernatura es el resumen de doce años de un Gobierno criminal y corrupto. No pusieron a un personaje con prosapia política o moral, sino a un burócrata rastrero y acostumbrado al chanchullo y los enjuagues, siempre presto a dejar la dignidad tirada y vender a los veracruzanos por un plato de lentejas.
A Flavino Ríos, lo encumbraron no para facilitar el proceso de entrega-recepción venidero –aunque finalmente lo tendrá que hacer- sino como cancerbero de los últimos apaños antes de cerrar la puerta. Será, por ejemplo, el que se encargue de sacar el dinero estatal para pagar la defensa jurídica de Duarte de Ochoa. El despacho de abogados contratado pidió un adelanto de 200 millones de pesos para aceptarlo como cliente.
Esos abogados no son tontos, si van a defender a un indefendible, debían cobrar caro. ¿De dónde salió el dinero? Pues de las arcas estatales, porque Duarte asegura que es un pobretón sin fortuna personal, y antes de que terminen los 46 días, Flavino finiquitará el pago de la defensa penal. También a su cargo tendrá amarrar los últimos intentos para asegurar los negocios transexenales de la fidelidad y el uso de bienes estatales para pagar los adeudos que tienen con empresarios incondicionales y prestanombres.
Además, lo dejan con la encomienda de destruir físicamente las evidencias documentales que sirvan para sustentar investigaciones judiciales con la llegada del nuevo Gobernador. En estado azotado por las desapariciones forzadas, Flavino honrará la fama porque desaparecerá los papeles comprometedores, si no los quema, despedaza o deshace en ácido, los sepultará en alguna fosa clandestina. Ya lo verán.
Siendo de la misma pandilla, la unción de Flavino Ríos no cambia nada. No obstante, Ríos Alvarado, camina sobre el filo de la navaja y dependiendo de su comportamiento en este mes y medio, se decidirá su futuro a corto plazo: si sale tranquilamente y se va a la jubilación definitiva o si le hará compañía a Duarte y a otros compañeros de gabinete, que podrían terminar en una mazmorra.
Por lo pronto y para ponerle pimienta al sainete, los legisladores locales que fueron marginados ilegalmente en el nombramiento del Gobernador interino, deberían acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para impugnar el chanchullo parlamentario orquestado por la analfabeta presidenta de la mesa directiva, Octavia Ortega y el líder charro, Juan Nicolás Callejas. A Flavino Ríos lo sentaron en la silla Estatal de manera furtiva, violando la Ley, de noche como acostumbran los ladrones, y vaya que un fallo judicial que lo evidencie como gobernante espurio, abonará a la risa de fin de sexenio.
OTRO BORRACHAZO
Y en esas ‘últimas carcajadas de la cumbancha’ fidelista, el diputado federal por Orizaba y operador del equipo Tiburones Rojos, amagó por segunda vez con llevarse ese club deportivo a otra Entidad como parte de la revancha política por el arribo del panista Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatura. Como siempre, Kuri miente para confundir a la afición futbolística y a la opinión pública en general.
El señor se podrá llevar a sus jugadores, pero no a los Tiburones Rojos, porque son una marca propiedad del Gobierno Estatal, es decir, es de todos los veracruzanos. Kuri se ha visto beneficiado económicamente al explotar ese nombre, pero no le pertenece. Él no es el dueño del equipo, sólo de las cartas de los deportistas y entonces, se podrá llevar a su gente, pero nunca a los Tiburones Rojos. Por otro lado, antes de irse – dice que una vez que concluya el actual Torneo de Apertura 2016 enviará la petición a la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) para que autorice el cambio de sede- tendrá que rendir cuentas a los entes fiscalizadores y quizás ante algún Tribunal por el convenio que romperá con el Gobierno Estatal así como por el dinero y bienes públicos que ha recibido en los últimos años. No se debe olvidar que a Fidel Kuri se le dio en comodato el estadio Luis Pirata Fuente en Boca del Río desde diciembre del 2015 y además se le entregaron 30 millones de pesos como financiamiento estatal al deporte profesional, sin contar con los 5 millones que hace años le adelantaron cuando vendió la idea de que construiría un estadio para el equipo Albinegros en Orizaba.
Por si fuera poco, está pendiente en el Congreso Local la autorización para entregarle el estacionamiento del mismo estadio boqueño y las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento como pago a un supuesto adeudo que nadie sabe por qué concepto es. En pocas palabras, el orizabeño se ha enriquecido con el dinero de los veracruzanos y tiene dar cuentas por los cientos de millones de pesos que ha recibido de tesoro estatal. Kuri Grajales es un “engaña-bobos”, pues amagó con llevarse un equipo que no le pertenece y se quiere ir como las ‘chachas’ dejando todo botado –con una disculpa anticipada para las trabajadoras domésticas quienes, en su mayoría, son gente decente no como Kuri Grajales-. Pero este ‘borrachazo’ sólo duró algunas horas, pues ayer por la tarde, el propio orizabeño reculó ante periodistas de la Ciudad de México y reconoció que no puede llevarse al equipo de fútbol fuera de Veracruz.
Y como siempre sucede, culpó a la prensa de “mal interpretar sus palabras”, desdiciéndose pues ya tenía la afición encima y además pesa sobre él un castigo de la Comisión Disciplinaria de la FMF fijado en enero pasado, cuando agredió físicamente a Edgardo Codesal, director de la Comisión de Árbitros de la misma Federación. Dicha sanción establece que no puede hablar a nombre del club deportivo, realizar trámites ante la FMF ni tomar decisiones que involucren a la misma.
El castigo para el lenguaraz diputado finaliza hasta septiembre del 2017, entonces está impedido para siquiera anticipar escenarios a mediano plazo para el equipo de fútbol. En Kuri Grajales se cumple eso de que “no hay borracho que coma lumbre” y tuvo que negar lo dicho, de forma desastrosa pero lo hizo. ¡Hip…hip urra y sirvan la otra ronda!
CHAQUETEANDO
Encabezados por el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, veinte presidentes municipales de extracción panista acudieron ayer a las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) en el Puerto de Veracruz, para presentar una denuncia en contra de la Secretaría de Finanzas y Planeación que se niega a entregar 267 millones de pesos –entre todos- que son parte del presupuesto que les corresponde a esas alcaldías.
De los ayuntamientos afectados con la retención ilegal de recursos,–que configurarían los delitos desvío de fondos municipales, peculado, incumplimiento de deberes legales y abuso de autoridad ante las instancias judiciales- destacan cinco ubicados en la zona Centro de la entidad: Huatusco, Río Blanco, Mixtla de Altamirano, Sochiapa, y Tomatlán y Córdoba. Lo singular del caso, es que entre los ediles que acudieron a la PGR para acusar al Gobierno priista, está el alcalde de Tomatlán, Daniel Reyes Prado, quien siempre ha apoyado a los políticos del tricolor. Nunca ha respaldado al panismo local, sino que acude a los eventos convocados por los senadores José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, en su momento apoyó la campaña del diputado federal, Fidel Kuri Grajales, así como ha respaldado otras candidaturas priistas en los últimos comicios.
Ahora, al cuarto para las doce, cuando está por arribar un Gobernador de extracción panista, el señor Reyes Prado cambia de chaqueta para vestirse de azul. Pero la vergüenza le puede porque en la fotografía tomada con el resto de los ediles denunciantes, trató de colocarse al fondo y por poco se agacha para no aparecer en la imagen, no vaya a ser que sus amigos del PRI se enojen por acompañar a Yunes Márquez, quien es –por cierto- el virtual candidato del blanquiazul para la gubernatura en el 2018, para suceder a su progenitor y completar una Administración Estatal de ocho años.


