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Cuba genera tensión diplomática entre México y EU

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AGENCIA

EEUU.- La política exterior del presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, atraviesa una fase de endurecimiento en América Latina. México, que hasta ahora había sorteado las medidas más agresivas del mandatario republicano, enfrenta una nueva tensión diplomática tras ser reprendido por apoyar nuevamente a Cuba en la Asamblea General de la ONU, que desde 1992 exige el fin del embargo estadounidense sobre la isla.

El subsecretario de Estado, Christopher Landau, criticó abiertamente el voto mexicano, señalando que le “entristece” ver a un “amigo” apoyar al gobierno cubano. La votación de este año mostró el respaldo más bajo a La Habana en lo que va del siglo, pero México mantuvo su histórica postura, fiel a una política de más de seis décadas de relaciones estables con Cuba.

Durante su intervención, el embajador mexicano en la ONU, Héctor Vasconcelos, acusó a Washington de mantener un “continuo desacato” a la voluntad de la comunidad internacional, y pidió dejar atrás los “prejuicios de la Guerra Fría”. Las declaraciones causaron molestia en Estados Unidos, donde Landau respondió señalando que “hablar de la política estadounidense hacia Cuba requiere basarse en la realidad y no en fantasías”.

Analistas advierten que la reacción forma parte del regreso de la llamada “Administración Trump 2.0”, marcada por una política exterior inflexible. “No hay tolerancia a ninguna perspectiva contraria a sus postulados. Estados Unidos busca recuperar su influencia en el hemisferio bajo la doctrina Monroe”, explica Abelardo Rodríguez, internacionalista de la Universidad Iberoamericana.

México, por su parte, mantiene una relación activa con La Habana basada en cooperación energética y sanitaria. El gobierno de Claudia Sheinbaum continúa enviando combustibles a Cuba y recibiendo médicos cubanos para cubrir la falta de especialistas, políticas que la mandataria ha defendido públicamente: “Colaboración, coordinación, pero no subordinación. México define su política exterior”, afirmó en junio pasado.

El nuevo contexto regional, sin embargo, podría poner a prueba la capacidad del gobierno mexicano para sostener su independencia diplomática frente a la creciente presión de Washington. Con Marco Rubio al frente del Departamento de Estado y una política de restricciones de visas contra quienes apoyen las misiones médicas cubanas, la administración Trump busca aislar al régimen de Miguel Díaz-Canel y acotar la influencia de Cuba en América Latina.

México, fiel a su tradición histórica, intenta mantener su papel de puente entre La Habana y Washington, pero los expertos advierten que ese equilibrio podría ser cada vez más difícil de sostener en medio de un escenario hemisférico cada vez más polarizado.

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