


En la entrega anterior de la Inmaculada, el presidente Enrique Peña Nieto había girado la instrucción a sus asesores de organizar lo más parecido posible a un cuento de Navidad en el que pudieran participar actores políticos de diversos partidos.
Entonces, para evitar pensar de más, los consultores mandaron llamar a Robert Iger, presidente ejecutivo de Walt Disney, para que hiciera la adaptación de uno de los cuentos o películas de su popular compañía.
Después de lidiar varias horas con el equipo asesor, Iger decidió tomarse un momento y buscar por sí mismo algunas opciones y propuestas.
Una semana después se reúnen y llega un descorazonado ejecutivo.
“¿Qué pasó Mr. Iger? ¿Ya nos trae la propuesta del cuento navideño que podremos compartir con el Presidente?”, pregunta uno de los asesores.
“Antes de darles mi respuesta, déjenme explicarles lo que hice durante estos días. Siguiendo sus recomendaciones me trasladé a Michoacán para grabar algunas escenas de la nueva película El soldadito de plomo.
Cuando llegué me dijeron que el problema es que precisamente lo que faltaban eran soldaditos… y marinos y miembros de la Gendarmería, pero que podían traer a los autodefensas de plomo, que eran como
simisoldados.
Intentamos hablar con un señor Castillo, pero nos dijeron que estaba resolviendo un problema entre sus empleados, que no era nada grave, que era sólo un asunto personal entre dos colaboradores que se caían mal y se llevaban pesado.
“Oiga… ¿y no fue con los secretarios de la Defensa y de la Marina para pedirles usar sus instalaciones?”, lo cuestionaron. “Pues intenté buscar al Sr. almirante Vidal Francisco Soberón, pero me dijeron que todavía no se le pasaba el coraje de lo de Ayotzinapa y no me dejaron hablar con él”.
“Entonces decidí regresarme al Distrito Federal y grabar La Cenicienta y nos dijeron que podríamos hacer El Ceniciento protagonizado por un tal señor Jesús Valencia,
de Iztapalapa.
El tiene un castillo en el Pedregal, usa una carroza que le regaló su padrino, la cual se transforma después de media noche cuando la chocan y el encanto se acaba.
“Ante ese nuevo fracaso fuimos al Senado, como ustedes nos dijeron, para adaptar Los Aristogatos, pero resulta que no, que todo
estaba apagado.
Me recibió algo autollamado secretario técnico y me dijo que con mucho gusto ponían mi petición para discusión el próximo periodo ordinario de sesiones, pero que primero tenían que Aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción, la Ley Federal de Transparencia, la Reforma Política del Distrito Federal.
Así cómo la desindexación del salario mínimo y el decálogo que
propuso el Ejecutivo.
También me ofreció crear una comisión especial de seguimiento para garantizar que en uno o dos años se pudiera discutir la pertinencia de llevar a cabo un cuento
navideño o pastorela.
“Como comprenderán, a estas alturas yo estaba realmente desesperado y junto con mi equipo empezamos a evaluar la posibilidad de adaptar otros cuentos como Alí Babá y los 40 ladrones o Los tres cerditos y de inmediato me mandaron con unos señores de una empresa llamada Ficrea, pero cuando llegué a verlos, ya la autoridad los había dejado Frozen.
“Así, pues, señores asesores, después de varios intentos he decidido renunciar al proyecto”.
“Pueden decirle al presidente Peña Nieto que el próximo año vuelvan a intentar hacer una pastorela o busque a DreamWorks para que le haga
una propuesta.”
De esta manera se alejó el ejecutivo, pero no se fue con las manos vacías. Después de recorrer el país ya tiene varias ideas para hacer las secuelas de películas como: Las locuras del emperador; Fantasía 2018 y Enredados, entre otras.
Muchas felicidades
La Inmaculada tomará unos días de descanso para volverse a publicar en enero. La autora de la columna les desea muy felices fiestas y que tengan un año 2015 como realmente los mexicanos se lo merecen y no como los políticos lo quieren dar.


