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De política y cosas peores

Superiberia

Don Chinguetas, presuntuoso viejo rabo verde, le dijo a don Algón: “Mira a aquella chica. ¿Ya ves lo linda que es y lo pizpireta? Pues me da pena decírtelo, pero la traigo muerta”. Don Algón aventuró un amistoso consejo: “Quizás un poco de Viagra te ayudaría”. (No le entendí). El pueblo es claridoso en sus decires y para hacer sus refranes y proverbios no necesita de circunloquios o eufemismos. Por eso no dudo en echar mano a un antiguo dicho popular que sonará grosero a los oídos de la gente urbana, pero que expresa con franca naturalidad lo que yo tendría que manifestar con embrolladas perífrasis o sutilezas de las que, decía Cervantes, se quiebran por lo delgado. La tal frase dice así: “Cuando la partera es mala le echa la culpa al fundillo”. La decantada consulta popular urdida por López Obrador fue un rotundo fracaso, de eso no cabe duda alguna. A la convocatoria hecha por la 4T no respondió ni siquiera uno de cada 10 ciudadanos, pese a la profusa propaganda que se le hizo al sainete. Ahora los defensores de AMLO, que en su afán de justificar sus desatinos llegan no solo hasta la sinrazón sino también hasta la ignominia, culpan al INE del estrepitoso descalabro sufrido por esa farsa de la cual se deslindó su propio creador con evidente falta de integridad y congruencia. Si el tabasqueño tramó esa comedia como elemento distractor para apartar la atención de la ciudadanía de otro evidente fracaso, el de su régimen, esa distracción fue tan efímera y fugaz como la tal consulta. La imagen del Presidente quedó demeritada y su gobierno se debilitó con este fiasco. Si en cambio López Obrador ideó ese ardid para lavarse las manos y quitarse de encima la responsabilidad de cumplir su promesa de castigar a los ex presidentes, sobre todo a Peña Nieto y Salinas de Gortari, la añagaza es a todas luces vana, pues por Ley todo aquél que tenga conocimiento de la comisión de un delito debe denunciarlo, pues de otro modo se convierte en cómplice del delincuente. En ese papel queda AMLO; cuya actuación en este caso ha dado pábulo a especulaciones sobre posibles pactos de impunidad con esos dos predecesores suyos, sobre todo con Peña Nieto, cuyo gobierno enfangó aviesamente -y oportunamente- a Ricardo Anaya, con lo cual se le allanó el camino hacia la Presidencia a López Obrador. Sea lo que fuere, el régimen de la 4T sigue transitando por el camino de la simulación, la mentira y el engaño, mientras en el país crecen la fuerza del crimen organizado, la mortalidad por la pandemia, la precariedad de la economía, la pobreza, la militarización del país, la ineptitud del Gobierno en todos los ramos de la administración, la crisis de las instituciones. (Nota de la redacción: Nuestro estimado colaborador se extiende por 32 fojas útiles y vuelta en la enumeración de los males de toda suerte que agobian al país, relación que, aunque verdadera, nos vemos en la penosa necesidad de suprimir par falta de espacio). Entre el buen padre Arsilio y el sabio rabino Cohen había excelente amistad. Cierto día el cura le preguntó a su amigo: “¿Cuándo comerás carne de cerdo?”. Replicó al punto el rabino: “En tu banquete de bodas”. La historieta me recuerda otra según la cual un individuo que fue a llevar flores a una tumba le preguntó, burlón, al hombre que depositaba un plato de arroz sobre otra: “¿A qué hora saldrá su difunto a comerse el arroz?”. Respondió el oriental. “A la misma en que salga el suyo a oler las flores”. La moraleja es que el respeto a las ideas y creencias de los demás, cuando a nadie hagan daño, no solo es seña de buena educación, sino también de buena
humanidad… FIN.

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