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…desde la Alta California

Superiberia

POR:  Luis Cambuston/ COLUMNISTA

Salir del closet es una expresión que se usa básicamente para describir el hecho de que alguien deje de esconder su homosexualidad.

Al parecer, en los Estados Unidos se dio una mega salida de closets con la elección de Trump. Diferente tipo de closet: el closet del racismo.

Ser racista era muy mal visto, lo mismo que ser homosexual en el Siglo pasado. Parte del fallo monumental de las encuestas se debe, en mi opinión, a que muchos racistas estaban en el closet. Tenían miedo a expresar sus opiniones sobre la superioridad de la raza blanca. Así que, cuando fueron encuestados dijeron no, no soy racista. Pero a la hora de estar solos con su conciencia en la casilla de votación, eligieron al demagogo.

El miércoles nueve amanecieron sorprendidos y alentados, fortalecidos. ¡No estoy solo! decían los homosexuales al dejar la oscuridad. ¡No estoy solo! dicen los racistas hoy al salir a la luz.

Los ahora famosos Alt-Right, descritos por alguien como Ku Klux Klan con corbata, no tienen reparo en decir ‘Heil Trump’ mientras hacen el saludo nazi, su discurso habla de una patria blanca en América, sin minorías inferiores.

No todos los que votaron por Trump son racistas, eso es claro. La angustia económica, producto de la globalización y las promesas imposibles de cumplir de una ‘América grande otra vez’, fueron las guías del voto de muchos.

No todos los que votaron por Trump son racistas, es cierto, pero el rechazo al racismo nunca fue su prioridad. Muchos, con su voto, dijeron, no soy racista pero estoy dispuesto a votar por un racista con tal de mejorar mi situación económica.

30% de latinos votaron por Trump… recuerda uno las fotos de mexicanos con uniformes nazis. Algo así como cucarachas con uniformes de Raid. Cuesta mucho trabajo entender. Marcos Gutiérrez, el fundador de ‘Latinos por Trump’ nos hace ver mal a todos los latinos, no sólo por su desprecio por su propia gente, sino por aseveraciones tan ridículas y ridiculizadas como la de que si no se hace algo, habrá camiones de tacos en cada esquina.

Trump presume de no ser racista y en su discurso de aceptación dijo que sería presidente “de todos”, pero desde la elección ha escrito varios tuits contra los medios, y contra los actores de la obra de teatro ‘Hamilton’ y los de la serie cómica ‘Saturday Night Life’,  pero ninguno para condenar la ola de crímenes de odio racial que se ha desatado, ninguno para condenar el ‘Heil Trump’.

La tradición de hacer burla de los presidentes cada Sábado por la noche comenzó con Chevy Chase, haciendo burla del que ahora conocemos como “Papi Bush”. La tradición de caricaturizar a los presidentes en EE UU debió haberse iniciado con George Washington.

Todos sabemos que cuando prestamos atención y nos quejamos de que alguien nos hace burla, estamos fomentando la burla. Todos menos el Presidente electo de los Estados Unidos. El sábado pasado Alec Baldwin desató carcajadas interpretando a un Donald Trump ignorante en política interior y exterior.  La respuesta de todos los políticos a ‘Saturday Night Life’ en el pasado ha sido reírse o no hacer comentario alguno. Trump no podía reírse, no le parece gracioso, tampoco puede evitar hacer comentarios, utiliza Twitter para quejarse de ‘trato injusto’.

¿Hasta donde llegará el Presidente electo para terminar con el ‘trato injusto’? No podemos saber. Pero tenemos que imaginar que en la ‘patria blanca americana’ con la que sueñan los del Alt-right, el Presidente sería tratado con toda justicia…

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