


Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- Derivado de las condiciones del clima y a consecuencia de las condiciones geomorfológicas, se provoca que el hielo glacial enfrente una inestabilidad y con ello se registren derrumbes de rocas y de escombros en la montaña, señaló Víctor Soto, glaciólogo y geocriólogo.
Dijo que, en conjunto con Kenji Yoshikawa, de la Universidad de Alaska, en Fairbanks Estados Unidos, iniciaron un monitoreo para saber cuáles son las condiciones de permafrost en la cima del Pico de Orizaba, y así entender las variaciones que provocan el desprendimiento de rocas, lo que representa peligro para quienes ascienden en esa zona.
Explicó que el glaciar Jamapa, el último del Pico de Orizaba, ha retrocedido aceleradamente en la última década, lo que ha alterado el equilibrio térmico. “Antes era ambiente estable; ahora hay oscilaciones extremas que favorecen el deshielo del permafrost”, señaló.
En la ladera sur, a 5 mil 300 metros de altitud, el permafrost se mantiene cerca de los 0°C, con una capa activa que se descongela en verano, volviéndolo frágil.
En contraste, en la ladera norte persiste un permafrost más estable (-1.8°C), aunque también se registran caídas de rocas entre los 4 mil 400 y 5 mil metros por su degradación.
En ese sentido, urgió a autoridades, guías y alpinistas a tomar medidas, como establecer protocolos de seguridad y campañas informativas, pues dijo que los eventos del desprendimiento de rocas no son aleatorios, si no son consecuencia del calentamiento global, y lo más importante es prevenir riesgos, especialmente en la ruta sur, la más vulnerable.


