


AGENCIA
Nacional.- Diego, un joven de 24 años, convive con los principios de depresión desde hace años y en distintas ocasiones ha tenido pensamientos de quitarse la vida. “Cuando estaban más presentes las ideas de ya no estar aquí… nunca lo planifiqué, nunca lo hice tan elaborado. Pero sí, sí llegué de repente a pensar… empiezas a sugerir cosas como que tal vez sería mejor o más fácil de tal manera”, relató a La Silla Rota.
Su caso refleja una realidad preocupante: Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, la ideación suicida afectó al 7.6 por ciento (%) de adolescentes y al 7.7% de adultos, mientras que los intentos de suicidio alcanzaron el 6.5% en jóvenes y 3.5% en adultos. En México, la tasa de suicidios ha mostrado incrementos: del 6.2% en 2020 pasó a 6.9% en 2024, con mayor incidencia entre hombres (80.7%) y en personas de 25 a 34 años (27.4%).
Para Diego, la depresión se volvió “una compañera” especialmente durante la pandemia, cuando el aislamiento y la muerte de su abuelo intensificaron sus síntomas. Relata episodios de alcoholismo y autolesiones, mostrando cómo el trastorno impacta la vida diaria y las relaciones personales.
Señales de alerta y cómo detectarlas
* Cambios en el estado de ánimo: Tristeza persistente, irritabilidad o apatía.
* Aislamiento social y pérdida de interés en actividades habituales.
* Conductas autolesivas o pensamientos sobre la muerte.
* Cambios en hábitos de sueño y alimentación.
* Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
* Consumo de alcohol o sustancias como mecanismo de afrontamiento.
Detectar estos signos a tiempo es clave para prevenir situaciones de riesgo y buscar ayuda profesional. El acceso a psicólogos y psiquiatras sigue siendo limitado y costoso en México: Consultas con psicólogos cuestan entre 300 y 850 pesos, mientras que los psiquiatras cobran de mil a mil 200 pesos. Los medicamentos antidepresivos también tienen precios elevados, desde 300 hasta mil 400 pesos por tratamiento.
Brecha de atención en salud mental
El IMSS reporta que 3 de cada 10 personas padecen algún trastorno mental y 2 de ellas no reciben tratamiento. Entre 2016 y 2024, el gasto en salud mental representó solo entre 1.3% y 1.6% del presupuesto total en salud, muy por debajo del 5% recomendado por la OMS. Para 2025, se asignaron 3 mil 460 millones de pesos, una disminución del 3.59% respecto a 2024. Según especialistas, el país necesitaría triplicar este gasto para cubrir las necesidades de la población.
El déficit de profesionales también es crítico: Hay 149 mil psicólogos ocupados en México, pero solo 53.7 por cada 100,000 habitantes en el sector público, y apenas 1.1 psiquiatras por cada 100 mil personas. La constancia y la confianza con el profesional son retos frecuentes, como relata Diego: “Lo que más me cuesta es creer que un profesional me está tratando por convicción y no porque es su trabajo… necesito a alguien que me escuche y me vea como un igual”.
Apoyo disponible
En la Ciudad de México, las líneas de ayuda disponibles incluyen Locatel (55 5658 1111, 24/7) y el Call Center de Atención Psicológica de la UNAM (55 5025 0855, lunes a viernes 8:00 a 18:00).
Reflexión final
La salud mental es un problema de salud pública en México que requiere financiamiento, cobertura y accesibilidad adecuados. Reconocer señales de depresión, generar redes de apoyo y fortalecer los servicios profesionales son pasos fundamentales para prevenir tragedias y garantizar el derecho a la salud. La historia de Diego evidencia que escuchar, acompañar y tratar con respeto a quienes padecen depresión puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.


