Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba, Ver. — El descuido en los sanitarios del Parque de San José exhibe, una vez más, la corrupción y la ineptitud del presidente municipal Juan Martínez Flores, quien se ha adueñado hasta de los ingresos que deberían destinarse al mantenimiento de los espacios públicos. Mientras el dinero desaparece, los baños lucen en ruinas, sin agua, con mobiliario destruido y un hedor insoportable que ofende a quienes visitan uno de los lugares más representativos de la ciudad.
Los usuarios denuncian que, pese a la evidente miseria en que se encuentran las instalaciones, la máquina tragamonedas que controla el acceso continúa cobrando por un servicio inservible. Ni el más mínimo recurso se ve reflejado en limpieza, pintura o reparación. Todo indica que el dinero recaudado, como sucede con muchas otras áreas del Ayuntamiento, termina engordando los bolsillos del propio alcalde.
Lavabos oxidados, inodoros rotos y mingitorios fuera de servicio completan el panorama de abandono. La falta de agua impide cualquier medida de higiene, convirtiendo el lugar en un foco de infección permanente. Padres de familia y turistas han expresado su indignación al tener que pagar por un espacio que, más que sanitario, parece un basurero público.
Habitantes del barrio y visitantes del parque han solicitado en repetidas ocasiones la intervención del gobierno municipal, sin recibir respuesta. Para ellos, el deterioro de los baños simboliza la desvergüenza de una administración que se enriquece con los recursos del pueblo mientras deja que los espacios públicos se caigan a pedazos.
