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Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes un nuevo decreto que eleva del 25% al 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, sectores que considera clave para la seguridad y economía nacional. La medida entrará en vigor a partir de las 00:01 horas del miércoles.
La decisión forma parte de una estrategia comercial agresiva que Trump ha retomado desde su regreso a la Casa Blanca en enero. En su segundo mandato, el mandatario ha reinstaurado y ampliado políticas proteccionistas dirigidas tanto a países aliados como a rivales, agitando los mercados financieros y tensando las relaciones comerciales globales.
Según el texto del decreto, el aumento busca “combatir con mayor eficacia a los países que continúan descargando excedentes de acero y aluminio a bajo precio en Estados Unidos”, además de reforzar la seguridad nacional frente a lo que considera amenazas económicas externas.
Durante un acto en una planta siderúrgica de US Steel en Pensilvania, uno de los bastiones industriales del país, Trump proclamó: “Nadie podrá robarles su industria”. La visita marcó el anuncio previo a esta nueva ola de aranceles, en un intento por revitalizar la producción nacional.
Dependencia externa
En 2024, Estados Unidos importó cerca de la mitad del acero y aluminio que utilizó. Canadá encabeza la lista de proveedores de acero, seguido por Brasil y México, mientras que Argentina ocupa el sexto lugar en las exportaciones de aluminio hacia territorio estadounidense.
Canadá, uno de los países más afectados por la política arancelaria, presentó una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) el pasado 13 de marzo tras la primera oleada de aranceles. En cuanto al Reino Unido, se mantendrán los aranceles actuales del 25%, con posibles modificaciones a partir del 9 de julio de 2025, dependiendo del avance en las negociaciones del Acuerdo de Prosperidad Económica entre ambas naciones.
Impacto y justificación
La Casa Blanca argumenta que las importaciones masivas y, en muchos casos, subsidiadas por gobiernos extranjeros han perjudicado severamente la industria nacional. Señalan que la utilización de la capacidad instalada de la siderurgia estadounidense cayó de un pico del 80% en 2021 a 77.3% en 2022 y 75.3% en 2023, en gran parte por la presión comercial y el ingreso de materiales exentos de tarifas anteriores.
Trump se ampara en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, que otorga al presidente la facultad de restringir importaciones que representen una amenaza para la seguridad nacional.
