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Ejemplo de trabajo a pesar de su incapacidad

Superiberia

Córdoba.- Con un letrero de madera despintado, una bandera deshilachada y una silla de ruedas que se cae a pedazos, todas las madrugadas don Andrés sale de su casa para iniciar su jornada laboral pasando medio día apostado bajo los rayos del Sol, lluvia o frío, en el crucero del puente sobre el bulevar Tratados de Córdoba.

Realizando labores propias a las de un elemento de Tránsito, don Andrés ha pasado más de siete meses ganándose la vida  haciendo respetar el cruce del 1×1. Dedicado desde la juventud a las labores de la albañilería, un descuido le cambió la vida; un golpe en el pie le ocasionó la amputación de su pierna al detectarse gangrena en casi el 90% de su extremidad inferior derecha.

De joven Andrés Crispín Morales Rodríguez, cayó en las garras de la drogadicción y el alcoholismo, tocando fondo en diversas ocasiones, aún cuando buscó refugio en la religión, no fue si no hasta el momento de ver su pierna perdida, seguido de un intento de suicidio por sentirse “inservible”, cuando afirmó haber vivido la manifestación de Jesús.

“Un día yo no tenía dinero ni para las tortillas, pero Cristo me trajo aquí y aquí estoy, aparentemente se trata de un trabajo fácil, pero no es así, porque se tiene una responsabilidad muy grande, cualquier accidente es responsabilidad mía”, expuso.

Al paso de los meses don Andrés sólo ha recibido por parte de las autoridades municipales, una banderola y el letrero de STOP que utiliza para sus labores de vialidad. Actualmente se encuentra a punto de perder su casa, debido que sus únicos hijos de nombre Rosa y Martín, empeñaron las escrituras, generando una deuda superior a los 150 mil pesos.

Secando las lágrimas, al momento de recordar las desdichas recibidas por sus propios hijos, dejó ver que aunado a la presencia de la enfermedad de vitiligo ha salido adelante. Pese a todo lo vivido ha logrado recibir grandes recompensas, diariamente recibe el cariño y aprecio de la gente que transita por el lugar, quienes le regalan además de una moneda un abrazo.

“Me dan hasta ganas de escribir todo lo que me dicen en una libreta, porque son palabras que en mi familia no acostumbran, y sin embargo, gente que no me conoce hasta me abraza”, relató.

Don Andrés, asegura no necesitar del apoyo de los gobiernos locales, dado que la protección de Cristo ha sido más que suficiente;  hasta el momento, inclusive ha logrado apoyar a la gente que se lo solicita. Sin duda, aunque su historia podría asemejarse a otras o inclusive mucho más severas, se trata de un ejemplo de vida.

 

Yessica Martínez Argüelles

El Buen Tono

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